La temporada 2024 de la Fórmula 1 para la escudería de la bebida energética ha empezado de 10 dentro de la parrilla, en dos carreras los Bull han podido lograr el famoso 1-2 sumando el máximo de puntos para un equipo en un arranque de temporada.
Pero no obstante con eso las miradas de todos no hablan del gran desempeño deportivo sino de los recientes acontecimientos que han puesto en jaque la permanencia de Christian Horner, director del equipo Red Bull Racing, tras una serie de controversias que han salpicado tanto su reputación personal como la imagen de la reconocida escudería austriaca.
Los acontecimientos durante el Gran Premio de Arabia Saudita, donde Horner apareció nuevamente ante las cámaras junto a su esposa, Geri Halliwell, han intensificado los rumores sobre la posibilidad de que los accionistas mayoritarios tailandeses de la escudería contemplen “separarse de Horner”. Según F1 Insider, las acusaciones sexuales en contra del dirigente británico habrían dañado significativamente la imagen de Red Bull, particularmente en el mercado estadounidense, donde “han aumentado los llamamientos a boicotear a Red Bull por parte de activistas influyentes por los derechos de las mujeres”.
La situación se complica aún más ante la probabilidad de que la empleada que acusó a Horner decida hacer pública la investigación sobre su caso. Además, se especula que una de las razones detrás de la posible destitución de Horner sería de índole mediática, relacionada con los planes de la banda de rock U2 de apoyar a la mujer afectada con una canción titulada “Don’t be horny, be Christian”, lo que incrementa la preocupación entre los directivos de la escudería por la “mega influencia de U2″, tal como afirmó el medio en cuestión.
Este complejo escenario llega en un momento crítico para Red Bull Racing, una de las escuderías más prestigiosas de la F1. A pesar de que Horner fue absuelto de las acusaciones iniciales sobre comportamiento controlador el pasado 28 de febrero, la empresa enfrenta una crisis de imagen y liderazgo que podría tener consecuencias duraderas.
En este contexto, las relaciones dentro del equipo también han enfrentado tensiones, como lo demostró la decisión del campeón mundial Max Verstappen de volar de regreso junto a Helmut Marko en lugar de con Horner, un indicio más de las fracturas internas.