Cancún, QR.-
Integrantes del movimiento Sélvame del Tren atribuyeron el descarrilamiento de un vagón del Tren Maya, en Yucatán, a la corrupción y exigieron al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, frenar las obras en el Tramo 5 Sur, en Quintana Roo, que se desarrollan en desacato a una suspensión definitiva de los trabajos, vigente.
“No queremos una tragedia. Nadie quiere una tragedia, pero ya tuvimos un primer aviso con un Tren Maya descarrilado por la corrupción, por la ignorancia, por la imposición. No queremos otra desgracia. Andrés Manuel, detén esto, ¡ya! Esto es un crimen.
“Me hierve la sangre cada vez que estoy en una de estas hermosas cuevas que amo, que hemos explorado y que cuidamos con mucha delicadeza y vemos cómo se están destruyendo de la forma más brutal, ecocida e ilegal”, expresó el biólogo, Roberto Rojo, al reiterar la invitación a las y los candidatos a la presidencia, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, para recorrer con ellos la zona y corroborar lo que está sucediendo.
El también espeleólogo y fundador del movimiento “Cenotes Urbanos” lanzó este mensaje desde el interior de una de las cavernas que conforman el Sistema Aktun T’uyul, en el Tramo 5 Sur.
Durante la grabación se escucha la estridencia de los trabajos de la maquinaria sobre el techo de las cavernas y se observa cómo se mantienen perforándolas para el hincado de gruesos pilotes.
Patricia Godínez, también integrante de la expedición de hoy, describió cómo el escenario como “triste”.
“Quienes conocemos estas cuevas desde hace años, no hoy que ando de loca activista, no hoy que estoy tratando de defender este lugar, no hoy que estamos tratando de que entiendan que en un momento de estrés hídrico, el agua viene a ser casi ‘momento de guerra’, estemos de alguna manera viviendo una situación en donde nuestra agua, está contaminada con lo que están haciendo, con aceite que no se disuelve”, aseveró.
“Y la gente no lo entiende, y la gente no lo escucha, y la gente no nos ayuda, la gente nos critica. ¿Qué agua creen que los de Quintana Roo vamos a tomar?”, indicó la integrante de Moce Yax Cuxtalt, sobre la alteración del único reservorio de agua dulce en la entidad, que corre a nivel subterráneo.
También desde el interior de las cuevas, Godínez grabó el momento en que Roberto Rojo sumergía la mano dentro del agua, tan solo tres meses atrás, limpia y prístina y hoy lechosa y aceitosa.
“No se está contaminando una cisterna, un lago, un lugar cerrado, sino un río que fluye a lo largo de todo el sistema de ríos subterráneos. De aquí sacamos el agua para beber y para bañarse”, comentó.
Rojo se refirió también a lo ocurrido hace dos días a la altura de la Estación Tixkokob del Tren Maya, en Yucatán, cuando su cuarto vagón se descarrilló con pasajeros a bordo.
Ante el escándalo, el gobierno federal inició una investigación para determinar las causas, ya que simpatizantes del régimen han deslizado la teoría de que podría tratarse de un probable sabotaje y el propio López Obrador se ha dicho muy extrañado por lo ocurrido.
“Qué raro que se haya descarrilado el Tren Maya, ¿no?, presidente. Pues no, no es raro. Es corrupción. Esto que estamos viendo aquí se está haciendo de manera ilegal. Hay una sanción (sic), una orden para que esto no esté sucediendo y está sucediendo con prisas, improvisación, corrupción, ignorancia.
“Esta no es la única cueva aquí, hay cientos y no solamente a los lados, sino debajo, al fondo de estos pilotes hay más cuevas y esta roca caliza que tenemos aquí se está disolviendo constantemente. Cada cenote es un colapso, cada cueva es un colapso y aquí hay miles de ellos. Este territorio colapsa y estos pilotes, aunque sean miles no nos aseguran que esto no vaya a colapsar”, señaló Roberto Rojo.
El biólogo manifestó que no ha sido sencillo documentar en el Tramo 5, que va de Cancún a Tulum, el avance de las obras que, resumió, constituyen un ecocidio.
“Hemos visto los árboles caer bajo el poder de las máquinas; hemos visto las cuevas destruirse, ceder ante el metal y ante la ignorancia. Si la gente supiera el valor real de estos lugares; el valor biológico, geológico, cultural, no haríamos estas cosas, pero la ignorancia nos gana.
“Por eso debemos hacer que la gente entienda el valor de la naturaleza, del agua, de la vida, que va mucho más allá que el valor económico, que cuando lo aplicamos así” –dijo orientando la cabeza hacia los pilotes detrás suyo– “solo significa destrucción. Conservar la naturaleza es nuestro pase hacia el futuro. Destruirla, de la manera absurda y brutal que lo hemos estado haciendo solo nos asegura un futuro obscuro, terrible y triste. Estamos matando la belleza, la vida. Y esto, tiene que parar”, sostuvo.