De nuevo, la Liga BBVA como organización profesional se encuentra haciendo malabares mediáticos para mitigar su ineptitud para responder a una crisis muy, muy grave.
Es ya bien sabido gracias a las plataformas digitales el terrible choque de cabezas que dejó lastimadas a una jugadora de Tigres y a una de Puebla femenil. Más allá de la empatía natural que produce el saber que una persona ha sido lastimada, el accidente caló hondo entre la afición regia porque la lesionada es Nayeli Rangel, conocida como “la hincha que juega”.
Rangel es una de las veteranas más queridas en el club no solo por su amor a la camiseta; su resiliencia y voluntad son reconocidas tras recuperarse en dos ocasiones de graves lesiones en las rodillas que bien pudieron haberla retirado del futbol profesional. La regiomontana volvió y hasta ahora ha ganado cinco campeonatos con Tigres femenil.
Más allá de quien resultó lesionada en el partido, la realidad es que ni los videos, los discursos y los conteos de tiempo que la liga ha distribuido en redes sociales serán suficientes para justificar lo que pudo ser una tragedia mayor.
Que las jugadoras de Tigres hayan empujado una camilla con ruedas a la cancha en la urgencia de auxiliar a su compañera es injustificable a pesar de lo que diga la liga. Que no haya un vehículo -mal llamado el carrito de las desgracias- para apoyar el traslado urgente de una lesionada es vergonzoso para la liga y para el Puebla.
En casos de contusiones, el llevar a una lesionada en una camilla empujándola en un terreno inestable puede dejar consecuencias adicionales. En el sonido ambiente se escucharon los reclamos de las jugadoras de Tigres y hasta la confrontación que tuvieron con alguien que aparentemente se estaba burlando del accidente.
No es la primera vez, y muy probablemente la última, en que algo grave va a ocurrir dentro o fuera de un estadio de futbol profesional, como ya ocurrió en Querétaro y en Torreón. Tampoco parece ser la última vez en que los incompetentes funcionarios del futbol van a jugar el juego del olvido, apostándole a que Nayeli se recupere y regrese para celebrar la hazaña de una deportista ejemplar, ocultando así su nefasta ineptitud.