Mi denuncia por difamación contra Mario Rojo iba a ser archivada “por no haber más pruebas”, según un oficio de la Fiscalía de Nuevo León el 23 de marzo. ¿Un video no era prueba suficiente para judicializar la carpeta de investigación?, me pregunté. Al mismo tiempo me llegó un tercer oficio para ir a una audiencia de mediación y, de no asistir (como me negué las dos veces anteriores) “tomarían otras medidas de apremio”.
Consulté a abogados, entre ellos a un profesor que también denunció por otros delitos a Mario Rojo y me sugirió acudir a la audiencia y solicitar la reparación del daño moral (con un video) y el daño económico porque por los dichos de Mario Rojo me cancelaron contratos en la encuestadora Hora Cero donde soy dueño en sociedad.
Así acudí a la audiencia este viernes 12 de abril. Dos horas después puse fin a la causa penal al obtener un video donde Mario Rojo aceptó que no soy lo que él hizo creer en un en vivo donde dolosa y falsamente había puesto en duda mi limpia trayectoria como periodista.
El daño económico que me generó será devuelto en una donación que haré a la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL en equipo deportivo, entrega que haré pública.
Al final me despedí: “No puedes seguir caminando en la vida poniendo en duda la honorabilidad de las personas”. Si es nombrado director o no, es un tema del rector, no mío. Y ojalá un día mi entrañable FCC tenga lo que bien merece tener.