Yo no despediría a Nahuel Guzmán. Espero que Tigres mantenga al portero en sus filas después de lo sucedido.
Claro, ambas partes tienen que poner de su parte, la institución y el jugador.
Hay algunas razones para respaldar mi argumento. El primero de ellos, y creo que se contrapone con lo que dice la mayoría: es que no creo que haya habido una mala intención del portero argentino para afectar la salud de sus adversarios, en el Clásico del 14 de abril.
Quiero dejarlo bien claro, algunos aspectos de la conducta del portero de Tigres no son un buen ejemplo, sobre todo esta ocurrencia de apuntar con un rayo láser a compañeros de profesión, durante el Clásico 135.
No voy a tampoco a enjuiciar si son o no excesivos 11 partidos de sanción, si es poco o es mucho.
Más bien creo que se trató de una travesura, que, claro, sí merece ser castigada de una manera ejemplar, porque ya han sido varios sus actos de indisciplina, pero espero que Tigres no esté pensando en quedarse sin el mejor portero de su historia. Espero que no lo estén pensando.
El segundo argumento es que no será nada fácil traer a otro portero de su categoría, que le ha dado tanto al equipo, lo mismo en el terreno deportivo, que en identidad, en conexión con la afición.
Nahuel parece haber nacido para Tigres y Tigres para Nahuel, y ese grado de identidad es sumamente difícil de encontrar, algo que a lo largo de décadas ha ocurrido muy pocas veces en esta institución (y también en otras), veamos: personajes como el Ingeniero Alejandro Rodríguez, el técnico Carlos Miloc, los jugadores Jerónimo Barbadillo, Osvaldo Batocletti, Pilar Reyes, Tomás Boy, André-Pierre Gignac, Nahuel Guzmán…son contados aquellos que han reunido ese perfil, que tengan esa calidad, esa personalidad, ese grado de arrastre entre la afición, no sólo a nivel local, sino nacional. Son personajes que parecen haber nacido para Tigres y Tigres para ellos.
Muchos equipos se pelearían por tener a su Nahuel.
Sí hay muchas cosas que corregir, es cierto, y en eso deben trabajar los altos mandos con el “Patón”. Pero será mejor ponerse a trabajar con él, que buscar a otro portero que tenga su grado de influencia en los resultados del equipo, como Nahuel.
A veces se necesita algo de “colmillo” o sabiduría para manejar las situaciones con los jugadores cuando caen en algún tipo de indisciplina.
Voy a poner un ejemplo de cómo manejó la indisciplina de un jugador, el técnico como Vicente del Bosque cuando estaba al frente del Real Madrid. “El Bigotón” lo narra en su libro Ganar y Perder. Es un caso totalmente diferente, pero lo que quiero mostrar es cómo usó el sentido común para arreglar una diferencia.
“En un partido íbamos apurados al descanso. Al volver del vestuario al campo le dije a Fernando Morientes que saliera a calentar. Estuvo casi toda la segunda parte en la banda preparándose para entrar. Cuando faltaban tres minutos le dije a Toni Grande que le dijera que iba a salir (a entrar a la cancha)”.
“Y cuando pasó por detrás de mí le oí decir: “Dile al del bigote que salga él”. Lo oí perfectamente y, sin embargo, para mí no fue una ofensa. No lo tuve en cuenta , porque es verdad: tienes a un profesional, internacional, con experiencia, un jugador hecho y derecho, calentando 45 minutos, y no lo sacas…Posiblemente metimos la pata. Alguno dirá que la obligación del jugador es obedecer a su técnico. Lo sé, pero ahí no se demuestra la autoridad del entrenador, sino desde el conocimiento, la buena fe y la laboriosidad. Entonces le dije: “Fernando, no salgas no pasa nada”.
Al día siguiente, Morientes fue hasta la habitación de Del Bosque para ofrecerle una disculpa. El técnico la aceptó de buena fe y sin aplicar algún castigo, más bien comprendió los motivos del delantero para negarse a entrar.
Del Bosque mostró un alto grado de sabiduría al evitar hacer crecer una
situación más allá de lo que representaba.
“Alguno lo interpreta como un signo de debilidad, pero para mí no lo es. Es más señal de fortaleza muchas veces. La debilidad o fortaleza se demuestra en otras cosas. Esos pequeños detalles no son signos de debilidad”, agrega Del Bosque en su libro.
En el 2003 y en el 2006, los altos mandos de los Tigres decidieron cortar el proceso de Ricardo “Tuca” Ferretti, por lo que se retrasó un trabajo que pudo haber arrojado antes lo que a partir del 2010 representó la llamada “Década Dorada”.
Lo mismo pasó cuando no le dieron continuidad a la presidencia del Ingeniero Alejandro Rodríguez, durante la primera parte de los 2000, y tuvieron que volverle a hablar en el 2010 para iniciar la mejor época en la historia del equipo.
Claro que siempre va a ser más fácil sumarse a las voces que piden la cabeza de alguien, sumarse a la corriente, a lo popular, pero no siempre será lo más sano.
Ojalá que Tigres logré mantener al portero en el equipo, claro debe ser un trabajo de ambas partes, de institución y jugador.
Tener la habilidad para manejar la situación de manera que Nahuel reciba una lección, pero al mismo tiempo los Tigres mantengan en sus filas al mejor portero de su historia, no será signo de debilidad, sino de sabiduría e inteligencia.