Pos ya les dije que “juimos” a la tierra de Sam Houston, ese general gringo (no es despectivo, no lo tomen a mal) que pescó a “Su Alteza Serenísima” Antonio López de Santa Anna, en la Batalla de San Jacinto el 21 de abril de 1836.
Ahí fue cercas de Houston, en La Porte, Texas. Claro que nuestro presidente, injustamente llamado “traidor” por las consecuencias de firmar un acuerdo que le daría la Independencia legal de Texas de México.
La Rosa María estaba bien campante regresando a Buc-ee’s quesque se quedó pensando en un subway de roast beef que solo los lugareños saben preparar con su quesito blanco, jamón ibérico (que este no de Europa), salami, lechuga y tomate.
Ella asistió con su amiga Ileana Sagastegui, al XV años de Regina Benet Ku, nieta de Margarita Godoy de Ku, en Brenda’s, un salón bien nice que fue la celebration.
Les digo que para llegar ahí no pararon para llegar a tierras texanas (fue dos veces en menos de 3 días) hasta parar en el restaurante Mikeska’s BBQ, por un platillo de costillitas de puerco acompañadas de macaroni and cheese. Claro, acompañadas de su Coca Cola Zero Sugar.
No se pierdan, regresando con Santa Anna, al general le gustaba comer muy bien. Por ahí dicen que le prepararon un caldito tlalpeño, que porque lo inventaron en Tlalpan, parecido como lo sirven en Sanborns Reynosa, con su pollito desmenuzado, quesito blanco, aguacate y un chile chipotle. Qué delicia.
El general agarró fama en la Victoria de Tampico, allá en 1829 cuando los españoles quisieron reconquistar México, pero las tropas mexicanas hicieron que los europeos capitularan y se retiraron hacia Cuba. Por algo fue presidente de México en 11 ocasiones de 1833 a 1855.
Es complicado explicar que el mismo presidente tomaba su espada y lideraba el ejército que recorría las largas e incomunicadas carreteras del norte de México.
En carretas ¿en qué más iban a moverse? Allá iban las caravanas para defender la soberanía del país. No iba para conseguir su guardarropa en Macys de La Plaza Mall de McAllen, pero sí iban muy bien equipados con modistos europeos, pero ya era mucho ir allá tan lejos cuando no había cómo moverse.
No había una ONU que defendiera a México, pero ¿por qué en la Intervención Norteamericana pidieron tanto territorio?
Los invasores, muy ofendidos porqué México atacó a unos indefensos texanos, consiguieron la excusa perfecta para tener un motivo para los fines expansionistas del país vecino.
Luego de una guerra injusta que continuó hasta 1848, como les decía a mis tres lectores, en la capitulación pidieron luego de Texas que ya lo tenían, a Nuevo México y Alta California que actualmente componen los estados de Nuevo México, parte de Colorado, Arizona, Utah, Nevada y California. Los “güeros” querían que su nuevo país se extendiera del Océano Atlántico hasta el Océano Pacífico.
¿Por qué tantos territorios? Finalmente para México estaban tan lejanos, inalcanzables en su época, a Santa Anna se lo llevaron a Washington, él mismo cuenta que se tardó hasta 20 días para llegar a una comida con el presidente Jackson para hacer un acuerdo previo.
Finalmente México comisionó a Bernardo Couto, Luis G. Cuevas y Miguel Atristain para firmar la paz con Estados Unidos, con la presencia de Nicholas P. Trist, diplomático de los Estados Unidos, entre otros.
Que si luego acordaron que los mexicanos podían ir a “chivear” a las pulgas de la border, esa es otra historia.
Por cierto muy buena la Pulga de la 23, la que está cercas del Aeropuerto Internacional de McAllen. Abren los domingos y cobran .50 cts la entrada.