Hace algunos años era obligatoria la cobertura noticiosa sobre los pronunciamientos que cada domingo, los activistas sociales Herminio Gómez Rangel y Teodora Vázquez Rodríguez transmitían en el Parque Hundido de la Gran Plaza de Monterrey.
Con entusiasmo ilimitado, cada semana, estos personajes cuestionaban a los Gobiernos en turno, para exigir un Nuevo León, con menos Gobierno y más Sociedad Civil.
Mientras que por un lado, la pareja enarbolaba y defendía las causas Sociales, los Gobiernos en turno, utilizaban “grupos de choque” afines a centrales obreras identificadas con el PRI, para desacreditar cualquier esfuerzo por fortalecer a la ciudadanía.
Actualmente, Nuevo León evolucionó y lo sembrado por aquella pareja soñadora, dio fruto a un sin fin de las ahora conocidas como “ONGs”, u Organizaciones No Gubernamentales. que se dedicaron a encabezar y defender, cualquier tipo de acciones en beneficio de la ciudadanía.
Todo iba bien, veíamos a los dirigentes de Organismos que lo mismo defendían el derecho a la vida, respeto a las mascotas, y salían a la calle para exigir a los gobernantes cumplir con sus compromisos de campaña.
Hasta que….
Para el actual Gobierno de Nuevo León, le resultó más redituable hacer funcionarios públicos a varias voces discordantes, para aprovechar su cercanía y respeto, cada vez menor, y transformarlas en sus voceros propagandísticos.
Y las famosas “tías o tíos” como eran conocidos estos anteriores líderes sociales, han retrocedido en la Escala Evolutiva Social, para pasar a ser “las Mendiolas”; en clara referencia al apellido más famoso de una lideresa cetemista, experta en el arte del “acarreo” político.
En los años setentas y ochentas del siglo pasado, cualquier candidato que buscara entrar a sectores populares, debía tener la “bendición” de Gloria Mendiola y su grupo; ellos gestionaban apoyos oficiales y en el momento oportuno, ponían a la disposición del PRI, un semillero de votos, que casi, casi, garantizaba el triunfo.
Las “nuevas Mendiolas” como son conocidas ahora, son ahora aquellos exlíderes dociales, pero con la cachucha de funcionarios, que aprovechan la simpatía e influencia obtenida previamente con la clase media, por lo que les resulta más sencillo seguir en contacto con ellos.
Sólo que ahora ya NO encabezan luchas ciudadanas por un mejor medio ambiente, ni critican la inseguridad creciente, o protestan por la falta de unidades de transporte urbano en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Ahora, su chamba es aprovechar esos contactos y simpatías ciudadanas obtenidas en su anterior experiencia, para convertirse en los “acarreadores oficiales” de eventos de candidatos de Movimiento Ciudadano.
Lamentablemente, voces críticas como las de otroras respetados activistas sociales como Roberto Gallardo, Ximena Peredo, Cosijopi Montero, o Rocío Montalvo, decidieron “no más” de defensas ciudadanas, para convertirse en voceros naranjas.
¿Ejemplos?
Basta con darle una revisada a los grupos de WhatsApp, en Grupos Vecinales del Sur y Cumbres, para constatarlo.
¿Será que aplicaron la máxima que sostiene que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”?
Es pregunta.
Sin embargo, debemos reconocer y aplaudir que, afortunadamente, voces críticas y congruentes, como la de Liliana Flores Benvides, siguen encabezando las demandas sociales y cuestionando los excesos en el Gobierno, sin importar colores partidistas.
¿Será que en el nuevo Nuevo León, la Ciudadanía se ha quedado afónica?