Con las incrustaciones y ajustes que hizo para este torneo, le bastó para echar a andar la locomotora azul y junto con América se convirtió en los equipos que mejor jugaron en el torneo, tal vez solo superados por Pachuca que con una bola de chamacos exhibió a unas Águilas que ni siquiera en cuatro duelos consecutivos pudieron ganarles.
Ya luego América se desinfló y ha avanzado en este camino de Liguilla sin ganar en sus últimos tres partidos.
Y se enfrentó a un Monterrey que tiene más ansia que idea y más tiempo para arreglarse el bigotito en el espejo, que trabajo en cancha para mandar un buen servicio, un pase con idea o un tiro a puerta.
Rayados como que ya sabe que no podrían, aunque quisieran, llegar a una Final y ser campeones.
Independientemente de que el Cártel del Gol ya tiene su Final diseñada con antelación.
No pueden por el entrenador que tienen, que no sabe que no sabe, una directiva que lo eligió, y un plantel donde sobran por lo menos siete elementos entre los que inician y los que ingresan de cambio.
Si tienes varios tipos que no te dan el kilo y aparte tu DT tampoco sabe ordenar lo que sí vale la pena y darle sentido táctico al trabajo como para hacer un equipo que juegue bien al fútbol y gane… están en problemas.
El equipo celeste vino a darle un repaso y a ratificar lo que ya sabíamos desde antes de que llegara: que Monterrey necesita otro entrenador, no éste.
De preferencia, sin sus payasadas de dejarse el bigotito.
Más que “cábalas” argentinas neesitan un DT que sepa, que ponga orden y arregle ese mugrero…