Bernardo era el mayor de un titipuchal de hermanos y pertenecía a una respetable familia de rancio abolengo…tanto abolengo regiomontano como que era descendiente de Bernardo Reyes y de ahí su nombre. Berny fue la primera persona abiertamente homosexual que yo conocí. Fue en la década de los 70’s, y yo era una niña de diez años cuando lo vi por primera vez. No se trataba solo de una persona abiertamente gay, sino que Berny vivía auténtica y plenamente su homosexualidad. Era exótico y excéntrico, gran anfitrión y organizador de fiestas maravillosas y legendarias a las que asistían muchas personas de sociedad.
Berny se había convertido en un personaje al estilo de Truman Capote, conocía los secretos y las intimidades de prácticamente todo mundo, secretos que guardaba con el recelo de un consejero en asuntos del corazón. Vestía y lucía glamorosamente sus caftanes de seda, sus kimonos floreados y sus dhoti y túnicas de lino en color paprika traídos desde la India. Usaba una peluca fina en color rubio cenizo para cubrir su cabeza calva, un maquillaje suave y discreto, calzaba suecos y poseía joyería tan vistosa como costosa. Su espectacularidad era inigualable; tanto que el mismo Walter Mercado le habría “hecho los mandados” en cuanto al estilo para vestir.
Yo conocí a Bernardo por ser tío de una gran amiga de mi infancia y con quien mantengo amistad hasta ahora. Por supuesto que cuando vi al tío Bernardo por primera vez, aturdí a mi mamá con todo tipo de preguntas al llegar a casa. Evidentemente yo estaba por entrar en la pubertad y la sexualidad iba convirtiéndose en tema de conversación y curiosidad… Pero mi mamá no se hacía la vida de cuadritos y se salía por la tangente respondiendo solamente: “El así es, y es una buena persona”. Y yo insistía: “Pero…pero…pero…” ¡Pero nada!…Después me lo explicaría aunque no con muchos detalles ya que, aunque mi madre siempre fue una mujer de criterio amplio, el asunto de la sexualidad y más todavía el de la diversidad sexual en esos tiempos, era un gran tabú.
Por otra parte, en aquel entonces, la homosexualidad era vista como una enfermedad mental, como un pecado, como un “error de la naturaleza”, como una vergüenza familiar… Además, era una época en la que se usaban de muy cruel y mala manera, cualquier cantidad de términos vulgares y lenguaje peyorativo para referirse a las personas homosexuales o a cualquier otra forma u orientación dentro del espectro de la diversidad sexual. Pero no era así en la familia de Berny ni en su círculo social.
Bernardo no solo era un excelente hijo para sus padres y un hermano noble y generoso; era también fiel y sincero para con sus amigos más cercanos y conocidos, que eran muchos. Berny vivió valientemente en una época llena de prejuicios, acoso y discriminación hacia los homosexuales, sin embargo, su autenticidad y su lealtad hacia sí mismo, eran más fuertes que cualquier miedo a los ataques, al rechazo o al qué dirán…tanto así que se ganó la admiración y el respeto de muchos. Berny murió hace varios años dejando un ejemplo de la determinación y el valor que se requiere para ser quien se es y el derecho a ser él mismo. Un verdadero conquistador de su propia libertad.
En la actualidad las cosas han cambiado mucho gracias a personas como Bernardo, a su valentía y su coraje para vivir con orgullo y dignidad su realidad. Ahora se han conquistado grandes avances en materia de derechos humanos y civiles, en términos de igualdad e inclusión para todos los que forman parte de la comunidad LGBTTTIQ+.
“El Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+ (lesbiana, gay, bisexual y trans), también conocido como Día del Orgullo Gay o simplemente Orgullo Gay se celebra cada año (desde 1969) el 28 de junio con el objetivo de instar a la tolerancia, la igualdad y la dignidad de las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans.”