Ciudad de México.-
Bernardo Segura, único medallista de México en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, todavía recuerda las palabras que le dedicó el histórico Ernesto Canto segundos antes del disparo de salida de los 20 km de marcha.
“La noche previa no pude dormir… nervios, ansiedad. Muchos sentimientos al mismo tiempo. Ernesto Canto me habló, me dijo unas palabras en las tribunas previo a la competencia: ‘Quizá no tengas otra oportunidad. Da todo, da lo máximo’… Se me quedó grabado, fue un momento especial y me dio pie a recoger una medalla por la que había trabajado mucho tiempo”, comentó a EL UNIVERSAL Deportes.
Con un tiempo de 1:20.23 horas, el originario del municipio de San Mateo Atenco, Estado de México, llegó a la meta, detrás del ecuatoriano Jefferson Pérez y el ruso Ilya Markov con un sentimiento agridulce, al ser consciente de que pudo haber tenido un mejor cierre. “En la recta final me mantenía en tercer lugar, pero con la sensación de poder alcanzar a mis rivales. Tenía el temor de quedar descalificado, ellos estaban desfallecidos”.
Un temor que cuatro años más tarde se volvió realidad en Sidney 2000, pero esa es otra historia.