Lo mejor que les puede pasar a Francisco e Ismael García Cabeza de Vaca, a César y Vicente Verastegui Ostos, a Gerardo Peña Flores, a Carlos García González, Irving Barrios Mojica, Jorge Espino Ascanio, David Cerda Zúñiga, Horacio Ortiz Renán, Cecilia Del Alto López, Gloria Molina Gamboa, Mario Gómez Monroy, Gilberto Estrella Hernández, Jesús Salazar Anzaldúa, Elda Viñas Herrera, Carlos Fernández Altamirano y a todo el gabinete panucho del sexenio anterior, es que sigan aumentando los acusados, para ver quién de chiripa se salva.
Sí, en una especie de rueda de la fortuna, juego de las sillitas o del juego infantil callejero de “los quemados”, como de a ver a qué wey -o vaca- le toca perder, por lentos o solo como víctimas del mal fario, pues alguien tiene que perder.
Digo, ¿no van a meter a todos esos hamponcísimos luceros al frescobote, verdad? Por obvias razones, no habría un “tamaulipazo” como no hubo un “michoacanazo” (por cierto que “nuestro” Irving Barrios, junto con el tristemente célebre Genaro García Luna, organizaron, llevaron a cabo y estuvieron bien metidazos en aquella fallida marranada en tierra purépecha).
Y no es porque alguien con solo dos gramos de sesos, considere inocentes a todos estos marranos tan trompudos, auténticos “Chicos Malos de Rico McPato”. ¡No! solo se requiere una embarradita de materia gris para echarse un clavado a la vida y a la riqueza de cada una de estas fichitas, para saber que todos son culpables.
Pero resulta que es… “cosa de números”, como algo así de probabilidades entre tantos. Y además ¿dónde vas a meter a 100 al bote? ¡Por favor, señores! Todos están hasta el tuétano de podridos.
Ahora sí que acusar al cabezón cornudo y a un ciento de malhechores de su administración (incluida una de Nuevo Laredo), sólo hace que la mayoría se salve, eso es lo que ahora tenemos.
Como vemos venir las cosas, al ofendido pueblo tamaulipeco no se le va a hacer justicia, no más allá de cinco cacos y cacas del sexenio anterior, mascarán barrote, morderán el polvo -y la almohada- y se los cargará el payaso, yendo a dar hasta el fondo del penal de Tamatán.
O sea, entre más bandidos y ladronas sean “empapelados” más oportunidad tendrá la mayoría de ellos de no ser al final, enchiquerados y así podrán salvarse casi todos de la rostizada.
¿Qué cosas, no? Todos ellos robaron, de todos ellos hay documentación de sobra para llevarlos al cadalso, todos tiene su “papelito que habla”, cada uno se papeó de lo lindo, pegándole olímpicos sablazos a la caja de las Gamesa. Pero resulta que simple y sencillamente por cuestión de números, alguien de la justicia dirá y resolverá que “Fíjate manito que no podemos “poner a tirar tiempo” a todos, porque se vería muy mal y no nos creería el pueblo de que son tantos los culpables”.
¡O sea! que por ser multitud, en automático tendrían calidad de inocentes ¿O cómo está ese Pedro?
El ciudadano noble, inocente, trabajador y ajeno a todo delito y conducta antisocial, no va a entender cómo es que fulano de tal o sutanita, cuya secretaría o dependencia estatal en la que a ese ciudadano le pidieron un moche por tal o cual trámite o proceso que dicho sea de paso, le obligaron a efectuar, hoy estén libres y no se le pueda meter a la cárcel, porque son muchos. ¡Porque son muchos! Si todos son unos truhanes, si cada ruca o bato tiene uñas hasta en los sobacos, si jambaron a lo bestia.
Tamaulipas los ve enriquecidos -la lana no se puede ocultar-, pero las señoras y los señores no pagarán con tiempo y con cuerpo, sus ilícitos de roedores. ¡Que alguien nos explique! -diría Hans Pujenhaimer, personaje de Eugenio Derbez- que no pueden ir en macolla todos al apando.
Los charolastras, compinches, contlapaches y sucios socios de “El Chompa de Res”, todos están manchados, así que bonita la justicia nacional nuestra, por eso y entre otras muchas tantas razones, es que urge la reforma al poder judicial.
En Tamaulipas, la friolera de 3.5 millones de habitantes nos la vamos a persignar porque a ese margallate del gobierno azulejo anterior, a ese berenjenal de administración sexenal panucha, no es posible que se le de mastuerzo, por la cantidad de acusados.
Que les den Tronco Bill a todos, no importa que los tamaulipecos “quedemos muy mal” ante México y ante el mundo por exigir que todas esas pránganas, sátrapas, lángaras, lacras, rémoras y sanguijuelas, paguen lo que la Constitución Política de México y los Códigos Penales Federal y Estatal ordenan.
Y nada de que estaría muy choteado que a todos les dieran cran, que se tornaría en un soberano chacoteo.
¡Háganos el refabrón cavor!
Feliz domingo pambolero para todos, que ganen los parces cafetaleros a los inches chés (los pamperos sí que son todos unos Pepe Cortisona) y que los anglos les den en su madre…patria a los gachupines jilipollas (otros sapos desgraciados).
Y que siga la lluvia en nuestro rancho, para que así la canícula nos la Pérez Prado con música de Agustín Lara.