No soy filósofa pero me gusta la filosofía. Me gusta pensar. Y, leyendo la nota sobre el asunto de la prohibición de espectáculos de dragqueens bajo el argumento de “cuidar a los niños de espectáculos que no son apropiados para su edad”, me parece justo y necesario aclarar algunas cosas: la primera es que esta postura confunde, principalmente lo que es la ética con lo que es la moral. De ahí que vale decir: “La ética proviene del griego éthos, que significa hábitos que regulan la conducta, y de Ethos, que significa carácter o modo de ser. La moral proviene del latín moralis, que se refiere a las costumbres o hábitos normalizados”.
Pero la deferencia en definición podría ser mas clara si entendemos que la ética es universal y objetiva, mientras que la moral es algo particular y subjetiva. En la ética, lo que está bien y lo que está mal no depende de los adoctrinamientos culturales (religiosos, sociales o circunstanciales, lo que está mal está mal aquí y en cualquier otra parte); mientras que en la moral, todo depende de esos factores de tiempo, lugar, costumbres y creencias. Por eso se dice que la moral es cuestión de geografía: lo que está bien visto en un lugar, podría estar condenado en otro.
Nadie puede hacerles daño a terceros por su sola presencia o por ejercer su derecho a existir…esta perspectiva es ética. Pero, argumentar que alguien no debe expresarse o presentarse porque el solo ejercicio de esa presencia es perjudicial para otros (que en ningún momento están obligados a ver o a escuchar), es imponer la moral particular sobre los demás. Es decir, en el caso que nos ocupa: les dragqueens no hacen espectáculos para adoctrinar y mucho menos obligar a los niños en una forma de vida y de expresión como la suya. Pero quienes los prohíben sí están imponiendo sus prejuicios y doctrinas excluyentes y discriminatorias en los demás.
Tal vez sea cierto que les dragqueens visten de forma estrafalaria, vistosa y para muchos “escandalosa”, es parte del show que suele ser tambien un derroche de talento y creatividad. Pero eso no los hace malos ni buenos. Son lo que son: una expresión meramente humana. Y si de vestimentas se trata para juzgar, créanme que he visto sotanas, batas blancas y uniformes impecables vistiendo a verdaderos demonios. Una drag queen es una persona que se disfraza de mujer para actuar en espectáculos, exagerando el maquillaje, peinado y vestuario. El término drag queen proviene de la palabra “queen”, que significa “reina”, por lo que literalmente se traduce como “reina del drag”.
Las dragqueens pueden ser hombres o mujeres, y su orientación sexual puede ser homosexual, bisexual o heterosexual. El objetivo de las drag queens es crear un personaje para la sociedad, y pueden imitar a artistas o crear personajes completamente nuevos. Nada más.
En todo caso, cuidemos a los niños de los falsos paladines de la “moral” y de la violencia rampante que pulula en todas partes ¡hasta en los juegos!
Éticamente, la autoridad no debe prohibir un show que per se, no pretende causar daño alguno. Así que, nadie esta obligado a ir a un espectáculo drag, ¿por qué habría necesidad de prohibirlos? ¿Por qué la censura? ¡Que vaya al show quien quiera ir y que no vaya quien no quiera! (-como me argumentan quienes defienden otro tipo de espectáculos que ya quisiera yo se prohibieran por estar cargados de muerte y violencia-).
Pero es innegable que en el mundo la diversidad no solo existe, sino que es fundamental para la existencia humana. Es primordialmente ético reconocerlo y resulta realmente inmoral negarlo. ¡Ocúpense de lo que les ocupa y déjenles en paz! Y si acaso les alcanza, vivan y dejen vivir a estas personas, teniendo presente que ética y moral no son lo mismo. Y como dijo alguien hace más de dos mil años: “Quien sea libre de culpa, que arroje la primera piedra”.