Aquí hay una cinta que parece ordinaria, pero contiene un interesante punto social.
En un futuro distópico, Tally (Joey King) es una chica que anhela llegar a los 16 años pues es la edad en la que, en ese universo, las personas son convertidas en seres bellos y pasan a formar parte de un mundo encapsulado, en el que no hay problemas y todo es supuestamente alegría.
Sin embargo, la chica descubre que las intenciones de quienes gobiernan ahí no son dar alegrías, si no mantener un estado totalitario de control absoluto.
La cinta de McG es superficial y de consumo juvenil, y tiene algunas situaciones presentadas con ingenuidad, aunque se agradece su interés por hurgar en temáticas que deberían estar en la agenda de los jóvenes.
Trae acción y está plagada de efectos digitales, pero lo interesante es ver cómo reaccionan estos muchachos, que quieren ser libres y vivir en un mundo natural y no en una virtualidad artificial.
Trae secuela
(PG. Orientación de los padres)
@LucianoCamposG