A 10 jornadas de esta llamada Liga MX 2024, es triste ver que 16 estadios de sus equipos profesionales lucen semana a semana casi vacíos.
De no ser por los equipos regios, Tigres y Rayados, el resto da vergüenza ver cómo batallan para llevar gente y lo primero que uno piensa es que sus aficiones se sienten avergonzados de la mala calidad del torneo por sus pésimas estrategias de marketing y estrategia deportiva interna.
En Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, empresarios diversos confían tanto en la organización de sus competencias que le apuestan e invierten en todo tipo de estrategias para hacer del fútbol un deporte por excelencia.
Aquí en México el grave problema reside en que nadie nadie nadie, cree en los directivos de la Liga MX que siguen aferrados a no crecer ni a organizarse en serio y volver a ser esa potencia de Concacaf.
Hoy en día nos rebasan ligas como la MLS y no falta mucho para que hagan lo mismo Jamaica o Costa Rica, eso al paso que vamos.
Para colmo de males fue lo que hizo el nefasto técnico de la selección, Javier Aguirre, al resucitar, perdón, convocar a Guillermo Ochoa y a Andrés Guardado, háganme el bendito y cabrón favor, qué vergüenza.
Mejor hubieran invitado a Jorge Campos y Alberto García Aspe, que sin duda veríamos más clase en esos dos que en estos que convocó Aguirre.
En serio amigos, ya uno ve el futbol porque es algo que nos alimenta ver semana a semana solo para llenar el tiempo, porque de allí a otra cosa nada más no.
Es una Liga donde solo hay 5 equipos de primer nivel y dos que saben llevar gente a su estadio.
Tigres, Rayados, América, Toluca y Cruz Azul.
Los otros 13 mejor ni hablamos.