La sorpresiva convocatoria a la selección del argentino nacionalizado mexicano, Germán “Berte” Berterame, viene a confirmar lo que en décadas ya sabíamos, o mas bien, lo que se sabe desde que se inventó el futbol.
El jugador rayado desnudó todavía más que México está a años luz del nivel de futbol de Argentina, por eso mismo se hizo mexicano porque sabía que era mas probable llegar a un Mundial con la casaca tricolor que con la albiceleste.
Muchos Berterame están por todas las ligas profesionales del mundo. Jugadores que salen de su país para tener mejores salarios. Por eso se les aplaude rodando el balón desde Chipre, Bielorusia hasta Sudáfrica, y algunos también se nacionalizan.
No es ningún pecado renunciar a la nacionalidad de origen, aclaro, porque es el camino más fácil para acceder a una Copa del Mundo de Futbol, el sueño de cualquier jugador. Como para el actor o la actriz es ganar un Oscar.
El caso de “Berte” no es el único en la historia reciente de la selección nacional, y también del Club Monterrey, pues antes lo hicieron sus ex compatriotas Rogelio Funes Mori y Guillermo “Guille” Franco, ahora más mexicanos que el chile verde.
“Guille” acudió como seleccionado azteca a Alemania 2006 y a Sudáfrica 2010, y nada aportó. Mientras que Funes Mori fue nominado para Qatar 2022. Y así como fue, regresó.
Berterame llega al eje del ataque ante la escasez de pólvora en los tachones de otros delanteros como el par de Jiménez: Raúl (también convocado ante Valencia por Javier Aguirre), y Santiago. Y de Henry Martin, relegado a la banca en el América.
Veremos si “Berte” supera lo hecho por “Guille” y Funes Mori en las convocatorias. Por lo pronto tiene, como cualquier mexicano por nacimiento, derecho de vestir la playera verde… y terminar con el maleficio de los jugadores rayados en el Tri.