Ante un tercio de entrada, se llevó a cabo la segunda corrida del serial ofrecido por la Monumental Monterrey, con un cartel encabezado por el regiomontano Juan Fernando, el valenciano Román Collado que sustituyó al sevillano Borja Jiménez y el moreliano Isaac Fonseca, ante el ganado de “El Charco” que dejó mucho que desear y que al final fue parchado con toros de las ganaderías de “La Playa” y “Peñalba”.
La corrida se celebró ante el entusiasmo del público que asistió y aunque en poca cantidad, coreó todo lo hecho por los toreros, poniéndose exigente de nueva cuenta con la autoridad de la plaza al grito de “Fuera Juez “quién continúa una tarde y otra también con sus frecuentes “desatinos” en el biombo, poniendo en riesgo el espectáculo taurino, que de por sí es poco en nuestra ciudad.
Juan Fernando ataviado con un terno Lila y Oro, se enfrentó a su primero de nombre “Divertido” de 484 kilogramos, de la ganadería de “La Playa”, iniciando su quehacer con discretos lances de capa, con la muleta ligo varias tandas de derechazos, embarcando la “humillante” embestida del astado, luciéndose con cites psicodélicos y molinetes de rodillas; la faena de Juan Fernando se concretó casi exclusivamente con la derecha, “pegándole” una sola serie de sentidos naturales con la izquierda, el regiomontano inexplicablemente se quitó las zapatillas, ( hecho no muy de mi agrado) para seguir toreando , concluyendo su labor, con estocada delantera, recibiendo benévolamente una oreja por parte del Juez Antonio Quiroga.
En su segundo, cuarto de la tarde, “Charquero” de nombre de la ganadería de “El Charco” que dio en la báscula un peso de 480 kilogramos, el regiomontano, inició su trasteo yéndose al frente de toriles tratando de recibir al astado, quien en su salida arrolló al matador, y sin amilanarse, lanceó al burel de manera efectista mirando al tendido. Ya con la muleta, Juan Fernando, tuvo un momento de apremio al comenzar su actuación pegado a tablas y luego basando posteriormente su faena en tandas de derechazos, ante el olé del público que escuchaba el “corrido de Monterrey” que por cierto pareció interminable, Juan Fernando concluyó su actuación con una estocada un tanto trasera, pero fulminante lo que le valió que el biombo le otorgara otra oreja en su haber.
El diestro valenciano Román Collado, quién entró de última hora al cartel sustituyendo al “esperado” en esta Plaza, Borja Jiménez, cumplió con creces su actuación pues dejó en la arena lo mejor que pudimos apreciar en la tarde, con un toreo poderoso, dominador y de auténtica “largueza”. Román con su actuación, se ganó el aplauso y el reconocimiento del público.
Con su primero de nombre “Travieso” de 512 kilogramos de la ganadería de “El Charco”, Román, lució con ajustados lances de capa por el lado izquierdo, después de pasar al toro casi “crudo” a la muleta y de brindar a Eloy Cavazos, el valenciano “pegó” doblones y derechazos rodilla en tierra, para después dar una lección de poderío al cuajar tandas de derechazos de gran manufactura, obligando al toro a pasar, pues era tardo al iniciar la embestida, y ya haciéndolo con buen tramo en el recorrido, el toro tuvo que “tragarse” esplendidos muletazos del torero valenciano, quién poco pudo hacer por el lado izquierdo del bovino, matando de estocada contraria y de tres descabellos, perdiendo así la oreja que tenía ganada a ley.
Con el quinto de la tarde de bonita pinta, calcetero de los cuartos traseros, girón y nevado de nombre, “Norteño” de 475 kilogramos de la ganadería de “El Charco”, Román lo pasó al tercio final casi sin picarlo, y una vez brindando al respetable, inició su labor doblándose con el toro, pegándole una primera serie de largos derechazos, mostrando poder y técnica, no obstante que el astado mostraba malas ideas pues no dejaba de “espiarlo” constantemente; Collado tomó la muleta con la mano zurda cuajándole una estupenda serie de naturales que fueron “jaleados” fuertemente por el público, siendo para quien escribe lo mejor de la tarde. Román pinchó en su primer viaje, rematando su faena con una estocada de efectos fulminantes, recibiendo fuerte petición llevándose la oreja del toro.
Por su parte el “Huracán Moreliano” Isaac Fonseca volvió a mostrar ese carisma y pundonor que lo hace conectar de manera inmediata con los aficionados, quienes toda la tarde le “jalearon” fuerte cada una de sus actuaciones.
Su primero de nombre “Guitarrista” de “El Charco” y que según la pizarra daba un peso de 520 kilogramos, fue devuelto a los corrales por el Juez Quiroga, que tardó poco más de veinte minutos en tomar la decisión de hacerlo y después de escuchar por gran parte del público el grito de “fuera juez, fuera juez”, por cierto, no es la primera y creemos que no será la última, para que el juez Quiroga vuelva a “pegar petardos” desde el biombo de la autoridad.
Al novillote de “”El Charco” salido en tercer lugar, lo sustituyó otro del mismo hierro de nombre “Trocho” de 515 kilogramos que había sido sorteado para lidiarse como cierra plaza, con el sustituto, que tuvo una embestida corta y descompuesta y aparentemente acalambrado de la mano derecha, Fonseca hizo lo posible por agradar al respetable, iniciando su trasteo con “péndulos” tratando de hilvanar derechazos un tanto “despegadillo”, pudiendo hacer poco el moreliano, quién concluyó su actuación con tres cuartos de espada, resultando ovacionado al retirarse al burladero.
Con el cierra plaza de la divisa de Peñalba de nombre “Clásico” de 470 kilogramos, el moreliano salió decidido a no dejarse ganar la pelea comenzando su labor capotera con largas afarolados, recibiendo la aprobación de la gente; el burel que se mostró renuente con el caballo, se dejó torear en el último tercio, por lo que Fonseca aprovechó las condiciones del cierra plaza haciéndole una faena enjundiosa, alegre y pinturera, destacando sus largos derechazos rematados con el martinete y sus desplantes rodilla en tierra, mató de estocada entera de efectos rápidos, recibiendo las dos orejas.
Al final del festejo Juan Fernando e Isaac Fonseca salieron por la puerta grande.