Ciudad de México.-
El mejor pelotero mexicano de la historia murió. A sus 63 años y en un hospital de Los Ángeles, su querida ciudad donde se convirtió en leyenda inmortal en la década de los 80’, Fernando Valenzuela perdió la batalla contra una enfermedad la cual su familia decidió mantener en secreto.
El “Toro”, nacido el 1 de noviembre en Navojoa, Sonora, fue internado de emergencia en un hospital de los Ángeles, California y allí dejó un legado que será difícil de igualar para cualquier mexicano, ya que su impacto dentro y fuera de la cancha marcó un antes y un después.
Los Dodgers retiraron su número 34 en marzo del año pasado, un homenaje que comparte solamente con otros 11 peloteros en 141 años de historia de la franquicia. El reconocimiento se lo ganó con la admiración y fanatismo que despertó en los aficionados no sólo en Los Ángeles sino en su paso por los Padres, Orioles, Angels y Phillies.
Así nació la “Fernandomanía”, una devoción que trascendió fronteras y ciudades, que tuvo a todo México pegado a sus televisores para seguir los partidos de uno de los grandes ídolos del deporte.
Valenzuela ganó dos Series Mundiales, la primera en 1981 y la segunda en 1988. Además, participó seis veces del Juego de Estrellas de la MLB y ganó premios como Novato del Año y el Cy Young, el cual es otorgado al mejor lanzador de las Grandes Ligas.
El beisbol está de luto, pero las grandes hazañas del Toro estarán presentes por la eternidad en la memoria de los amantes del Rey de los deportes desde Etchohuaquila, el pequeño pueblo mexicano que lo vio nacer, pasando por Los Ángeles hasta el cielo.