Hoy 30 de octubre, día internacional del bodybuilder, en español físicoconstructivista o físicoculturista, esta columna va dedicada a todos los que hacen de esta maravillosa disciplina una forma y estilo de vida. A todas y todos mis amigos instructores, competidores, excompetidores, practicantes de cualquier nivel, aunque no concursen e incluso a mis amigos que se adelantaron en el camino.
Recuerdo con cariño a mis entrenadores y “compas” Eleno González y Julio “El Monstruo” Rivera, con quienes tuve el privilegio de hacer equipo en el gran gimnasio Olympias Fitness Club en la década de los 2000. También por supuesto en memoria de mi socio y amigo Luis Saracho, uno de los preparadores más carismáticos de la vieja escuela y que llegó muy alto en las competencias nacionales. Igualmente, a mi admirado Jorge García “Vampy”, quien era uno de los miembros más activos, nobles y dedicados del Olympias en Cumbres y en Mitras. Por supuesto a Gustavo Badell, un IFFBPro y competidor profesional del Mr. Olympia, me atravería a decir el latino mejor rankeado desde Sergio Oliva, a quien conocí en Las Vegas cuando estaba en su cúspide y después tuve oportunidad de invitar a México un par de veces. ¡Felicidades hasta la eternidad a mis amigos!
Felicitar a los que están en vida y activos sería muy extenso y podría omitir a alguien, por lo que me gustaría solo mencionar a quienes dieron en algún momento un rumbo de crecimiento a mi vida.
Neftalí “El Negro” Ibarra, quien además de haberme preparado para algunas competencias, fue quien me motivó a abrir el primer Olympias Fitness Club y con quien me une una amistad de años y seguimos haciendo proyectos juntos.
Enrique “Kike” Cárcamo, quien fuera el mejor instructor y de más fidelidad laboral de Olympias en Puebla, junto con todos los que formaron parte de ese gran club como Gabriela Lanz, Pablo Mateos, Abigail Oropeza, Alejandro Lara, Renata Zeni, Gabriel Yañez, Jacobo Cervantes, Nestor Corona, Marcos Solano, Johnatan Utrera y a toda la gran familia con la que fuimos líderes en aquella hermosa ciudad por 8 años.
Por supuesto a Ana María Olivares y Elva Riojas, quienes fueron las primeras conductoras de fitness en nuestro programa de televisión TV GYM a finales de los 2000, además de grandes competidoras, igual que el Mr.
México 2006 Lalo de la Cruz quien fuera nuestro titular de entrenamientos de ese mismo proyecto, en el que también participó el gran Morriz Garza, uno de los mejores físicoconstructivistas que ha dado Nuevo León y un gran promotor y empresario.
Mención aparte merece mi amiga Xyomara Valdivia, la única atleta mexicana que ha ganado una medalla de plata en unos juegos Panamericanos y la mejor representante de Monterrey y de México, ahora la mejor instructora en el medio.
A través de mi buen camarada Carlos Marrufo, presidente de la asociación de físico y fitness de Nuevo León, así como a don Francisco Cabezas, presidente de la federación mexicana, vaya una felicitación extensiva a todas y todos los físicoconstructivistas del país.
¿Y quién es o qué es un físicoconstructivista o físicoculturista? Un bodybuilder es muchos más allá de los Mr. y Miss Olympia en el mundo o los ganadores de las grandes competencias nacionales o internacionales. Tampoco son solamente los profesionales de esta disciplina que, por supuesto, han sido inspiradores de muchos de nosotros como Arnold Schwarzenegger, Lou Ferrigno, Rachel Mc.Lish, Samir Bannout, Lee Haney, Dorian Yates, Ronnie Coleman, Jay Cutler, Branch Warren y una larga lista de nuestros ídolos.
Como alguna vez lo platiqué con Robbie Robinson uno de los grandes de la vieja escuela y la época dorada, allá en Venice, California, la Meca del bodybuilding, cuando tomé una clínica personal de entrenamiento de tres días en 2017, el físicoculturismo es una forma de vivir, es un estilo de vida.
Así que, una o un físicoconstructivista es la persona que ha elegido como estilo de vida el llevar un régimen alimenticio para nutrir su cuerpo y construirlo, descansa para mantenerse en constante desarrollo y, evidentemente, practica ejercicios de fuerza e intensidad para esculpir su figura, además de tener una conexión permanente cuerpo, mente y espíritu.
Después de 42 años de tratar de practicar esta maravillosa disciplina hoy, con 57 años, se que es de las mejores decisiones tomadas en mi vida.
A todas y todos quienes también lo han elegido, sin importar el nivel, muchas felicidades en nuestro día.