Ciudad de México.-
Aunque las encuestas mostraban un resultado muy ajustado entre los candidatos presidenciales republicano, Donald Trump, y demócrata, Kamala Harris, el expresidente se impuso con facilidad, y los republicanos se llevaron el Senado, mientras llevan ventaja en la Cámara de Representantes.
Aquí, 5 claves para entender lo que pasó:
Los latinos apostaron por Trump. A lo largo de las últimas elecciones, los demócratas han ido perdiendo apoyo entre los latinos, en beneficio de los republicanos. De acuerdo con una encuesta a pie de urna de NBC News, 45% de los latinos votaron por Trump y 53% por Harris. Se trata de un incremento de apoyo de 13 puntos al republicano respecto de las elecciones de 2020, cuando Trump consiguió 32% de apoyo latino, contra 65% de Joe Biden.
Los demócratas fallaron en su estrategia. Y ese fallo, a decir de Jonathan Chait, en la revista nymag.com, no se limita a la campaña. “Trump ganó porque el electorado rechazó la administración Biden-Harris. Es importante discernir claramente las fuentes de ese rechazo. La labor de corrección es ardua pero no complicada. Las semillas del fracaso de Harris se plantaron hace ocho años, cuando el Partido Demócrata respondió a la victoria de
Trump en 2016 no acercándose al centro, como suelen hacer los partidos derrotados, sino alejándose de él” e inclinándose a una izquierda que tiene rechazo mayoritario en Estados Unidos.
La prueba del fracaso de los demócratas no puede ser más clara: Trump no sólo se lleva la presidencia sino, todo indica, el carro completo: el Senado y la Cámara de Representantes.
El aborto no fue el tema que decidió la elección, como pensaban los demócratas. Las encuestas de salida dejaron claro que si bien hay preocupación por medidas para restringir el derecho de las mujeres a decidir, el tema primordial fue la economía y, en ese rubro, existe enojo por la gestión del gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.
El aborto se hizo presente en las iniciativas estatales para defender el derecho e incluso consagrarlo en la Constitución, que en su mayoría, fueron aprobadas, excepto en el estado conservador de Florida. Pero a nivel nacional, resultó no ser el tema.
La gente está preocupada por la migración. Los estadounidenses expresaron en las urnas su rechazo a la gestión migratoria de la administración Biden.
Pese a los discursos demócratas de Estados Unidos como nación de migrantes, los ciudadanos reclaman seguridad fronteriza y la estrategia de Trump de sembrar el miedo con mentiras acerca de que todos los migrantes son criminales, violadores y asesinos de mascotas, funcionó bien. Los demócratas se limitaron a desdeñar y burlarse de las mentiras, sin entender la preocupación de fondo de los ciudadanos.
Las acusaciones contra Trump, quien enfrenta una serie de procesos penales, no parecieron tener efecto alguno en los votantes, a pesar de que el expresidente es un criminal convicto que espera sentencia por uno de los casos el próximo 26 de noviembre. Para los estadounidenses, o bien es poco relevante, o consideran a Trump víctima de una persecución política, sin importar las pruebas en su contra.