La Secretaría de Salud, a cargo de David Kershenobich, insiste en que el retraso de más de un mes en el proceso de compra consolidada de fármacos e insumos médicos para el periodo 2025-2026 se mantiene dentro de los parámetros proyectados, y que el riesgo de desabasto de tratamientos para las 26 instituciones públicas del sistema sanitario está superado. Sin embargo, los laboratorios que participan en el proceso tienen otros datos y, a juzgar por los resultados obtenidos paralelamente en la llamada compra de emergencia o complementaria, el fantasma de la falta de medicamentos que viene arrastrando la 4T desde el sexenio pasado sigue latente.
La compra complementaria de medicamentos, también operada en estos días por Birmex, que encabeza Iván de Jesús Olmos, con el modelo de subasta en reversa que diseñó el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark, es indispensable para asegurar el abasto de fármacos durante los primeros dos meses de 2025, en el entendido de que los contratos de la megacompra bianual entrarán en vigor hasta el próximo 1 de marzo. Con esta adquisición “urgente” se busca suministrar más de 2 mil claves identificadas como las de mayor demanda en hospitales, clínicas y consultorios, en especial las que están enfocadas al tratamiento de enfermedades crónico-degenerativas.
Hasta el momento ni siquiera esos procedimientos prioritarios han llegado a una adjudicación satisfactoria. Por ejemplo, uno de estos casos es la compra del tratamiento para diabetes sitagliptina-metformina, del que se buscan urgentemente unas 4 millones de piezas para llevar a niveles manejables los inventarios de las unidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que dirige Zoé Robledo. La adquisición de estos fármacos, por alrededor de 600 millones de pesos, estaba programada para los primeros días de diciembre pasado, pero llegamos a la segunda semana de enero sin que se haya definido un ganador entre las ofertas que han presentado laboratorios como Vanquish, Proveglia o Amarox Pharma.
La explicación que circula entre los funcionarios de Birmex es que la titular de su Unidad de Administración y Finanzas, Emma López Juárez, pretende asignar estos contratos a los proveedores arriba mencionados, basándose únicamente en la variable del precio; no obstante, las tres firmas cuentan con historial de incumplimientos en el sector público, y hasta el momento no han logrado garantizar la existencia de producto. Tales incumplimientos de contrato son los que obligan a las instituciones de salud a comprar intempestivamente fármacos para evitar el desabasto, a precios casi siempre más altos.
Emma López Juárez, quien viene de la dirección de Administración y Finanzas en la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, intentó colocarse a principios de este sexenio como directora de Administración en el IMSS, en lugar del todavía titular de esa área, Borsalino González Andrade; pero en su historial cargaba con diversas complicaciones en los procesos de compras. Lo irónico del asunto es que con el arribo de López Juárez a Birmex, ésta tendrá mayor injerencia en la operación del Instituto que encabeza Zoe Robledo, pues sus unidades médicas serán las principales afectadas por un eventual desabasto.
La historia que abarca apenas la llamada compra complementaria se refleja, según los participantes, en la mayoría de los procedimientos que integran la compra consolidada: claves desiertas, laboratorios beneficiados y ofertas que no garantizan la variable de existencia.
Pese a todo esto, la Secretaría de Salud mantiene su promesa de que los contratos de la “megacompra” de medicamentos e insumos médicos estarán asignados el próximo lunes 13 de enero, consciente de que los inventarios de las instituciones de salud están en mínimos históricos y no soportarían un retraso de una semana más.
Mario Maldonado.
El Universal.