México, D.F.-
El Papa Francisco dio su apoyo a las uniones entre personas del mismo sexo en una reunión privada con obispos, cuando era arzobispo de Buenos Aires en 2010.
En aquel año, en Argentina se debatía sobre la aprobación del matrimonio homosexual en el Congreso (aprobado en julio 2012), mientras los grupos en contra y a favor protestaban en las calles.
Pero tras bambalinas, el entonces cardenal Jorge Bergoglio planteaba una solución poco ortodoxa: que la Iglesia argentina apoyara la idea de las uniones civiles para parejas del mismo sexo, según revela “The New York Times”.
Sin embargo, la mayoría de los obispos votaron en contra en esta reunión privada. Ante la posible aprobación del matrimonio homosexual en aquel año, Bergoglio veía en el compromiso con las uniones civiles (aprobadas en diciembre de 2002) “de los males el menor”, detalla su biógrafo autorizado, Sergio Rubin, para “NYT”.
Incluso el arzobispo recibió un par de veces a un líder defensor de los derechos para los homosexuales, quien le escribió una carta para que conociera su punto de vista. “Él me escucho con gran respeto”. “Me dijo que los homosexuales necesitan tener derechos que les sean reconocidos y que él apoyaba las uniones civiles, pero no el matrimonio entre personas del mismo sexo”, habla para el diario estadounidense Marcelo Márquez.
Esta postura contrasta con la que siempre manifestó Bergoglio en público. En medio de este mismo debate, que convirtió a Argentina en el primer país de América Latina en aprobar el matrimonio gay a nivel nacional, el entonces cardenal escribió una carta para los cuatro monasterios de Buenos Aires en la que manifestaba su repudio a esta iniciativa y la calificaba como una destructiva pretensión contra el plan de Dios”.
“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios”, escribía Bergoglio. “No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. “Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra”, agregaba.
El Vaticano critica las aprobaciones de los matrimonios homosexuales e insiste que este tipo de uniones sólo se pueden dar entre un hombre y una mujer.
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