Cd. del Vaticano.-
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, de 76 años, se convirtió ayer en el papa Francisco, el primero de Latinoamérica y el primero de la congregación jesuita. Tras cinco votaciones, el cónclave de 115 cardenales reunido desde el martes en la Capilla Sixtina del Vaticano miró hacia América Latina, el “continente de la esperanza”, como lo llamó Juan Pablo II, que reúne casi a la mitad de los mil 200 millones de católicos del mundo.
“Hermanos y hermanas, ustedes saben que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo casi en el fin de mundo”, dijo el nuevo Pontífice al dirigirse a los casi 150 mil fieles que llenaban la Plaza de San Pedro, haciendo ondear banderas de todo el mundo y gritando una y otra vez “¡Viva el Papa!”.
En sus primeras palabras, Francisco pidió a los fieles rezar por su antecesor Benedicto XVI, por él mismo y, en un gesto sin precedentes, se inclinó en señal de sumisión hacia la gente para decir en italiano: “Recemos por todo el mundo”. Antes de impartir su bendición Urbi et Orbi (para la ciudad y el mundo), confió en “que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero”.
Culminaba así una intensa jornada que una hora antes había tenido otro momento de clímax, cuando a las 19:06 de la tarde apareció el humo blanco de la boca de la chimenea de la Capilla Sixtina. Una indescriptible ovación, los ensordecedores gritos de “¡Papa! ¡Papa!” y las lágrimas de júbilo que derramaban muchos de los presentes, crearon en la explanada vaticana una gran fiesta popular.
La elección del Papa argentino fue una auténtica sorpresa, no sólo por ser el primer Papa latinoamericano, sino porque su nombre no aparecía entre los grandes papables del cónclave, no obstante que en 2005, Bergoglio fue el cardenal que más votos recibió después de Benedicto XVI.
Bruno Scherer, hermano del cardenal brasileño Odilo Scherer, dijo en Toledo, Brasil, que estaba feliz de que el nuevo Papa “no sea otro europeo. El hecho de que es de América Latina realmente es un gran paso en la dirección correcta”. América Latina podría ser el primer destino de viaje fuera de Europa del nuevo Papa, concretamente Brasil, donde el 23 de julio próximo debe celebrarse la Jornada Mundial de la Juventud, convocada por su antecesor.
“La Iglesia ha mirado por fin hacia América Latina. Y eso es muy positivo. Un continente emergente, con muchos problemas, pero también con muchas esperanzas. Y sobre todo, en el que hay muchos católicos pero también en el que mucho de ellos están abandonando el catolicismo y optando por otras religiones”, dijo Santiago Casas, profesor de teología de la Universidad de Navarra. Orani Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, coincidió al señalar que “esto muestra que ahora la Iglesia está mirando a América Latina”.
Casas destacó que el nuevo Papa no se formó en Europa, como otros obispos y cardenales que sí lo han hecho. “Él es muy conocido en Roma porque ha sido consultor en muchas congregaciones, pero vive en Argentina”, dijo el sacerdote español y apuntó que será importante a quién elija como secretario de Estado para que “le ayude a llevar a cabo las reformas que la Iglesia necesita”.
El Episcopado argentino auguró con Francisco “una Iglesia católica servicial, misionera y cercana a los problemas de los hombres”. Ayer, el nuevo Papa rechazó subir a la limusina y tomó el autobús junto a otros cardenales para ira a una residencia vaticana, contó el cardenal de Nueva York Timothy Dolan.
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