México, D.F. / Dic. 17
El impacto de un choque de un automóvil a 50 kilómetros por hora, donde un pequeño no cuenta con las mínimas condiciones de seguridad, aun y cuando viaja en el asiento trasero, equivale a la caída del niño de un edificio de tres pisos de altura.
En México, aproximadamente tres niños mueren al día en accidentes automovilísticos por la irresponsabilidad de los padres, debido principalmente a dos factores: que conducen en estado de ebriedad o lo hacen a exceso de velocidad y sin utilizar los sistemas de retención infantil, como son las sillas portainfantes; así lo señaló Arturo Cervantes Trejo, director general del Centro Nacional de Prevención de Accidentes (Cenapra).
Mencionó que la falta de cuidado del padre de familia mexicano se demuestra cuando sólo dos de cada 100 niños viajan correctamente protegidos, considerando edades desde recién nacido hasta los 14 años de edad.
Detalló que de cero a cinco años de edad, sólo 15% de los infantes usan sillas adecuadas.
En la página web del centro (http://www.cenapra.salud.gob.mx) se pueden encontrar dos videos en los que se muestra con simulaciones lo que podría pasarle a un pequeño que no está asegurado durante el viaje en un automóvil, aun en la parte trasera.
En las imágenes, los menores salen volando hacia delante y sufren los mismos o peores daños que los tripulantes delanteros sin cinturón de seguridad.
De acuerdo con el Cenapra, en México las lesiones, discapacidad y muerte por causa de tránsito cuestan más de 120 mil millones de pesos.
“Si utilizamos información del UNICEF, este dinero serviría para dar de comer, durante un año, a más de 3 millones de niños”, según explica la institución de gobierno.
Los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en la población de entre cinco y 29 años de edad, y la segunda de orfandad en México. Todo este conjunto de fatalidades obligan a tomar acciones que modifiquen el panorama.
Ante ello, se impulsa la Iniciativa Mexicana de Seguridad Vial (Imesevi), como programa multisectorial, donde se conjugan los esfuerzos del Cenapra, de la Secretaría de Salud, la Organización Panamericana de la Salud y los gobiernos estatales con la sociedad civil, para abatir las lesiones, discapacidad y muertes.
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