Nueva York, E.U.-
El uso de drones para ejecutar a personas que suponen una amenaza para Estados Unidos, y que han causado la muerte de cientos de civiles, avivan el resentimiento contra este país y fomentan el terrorismo, apuntó hoy un experto.
“No creo que necesites ser un experto para saber que nada es más probable para abultar las filas de las organizaciones terroristas que la percepción de que Estados Unidos es indiferente a la pérdida de vidas humanas”, dijo Jameel Jaffer, de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU).
Jaffer, director legal alterno de la ACLU, indicó que la percepción que hay en los países que son víctimas de las ejecuciones de drones o aviones no tripulados es que Estados Unidos no ha puesto especial énfasis en evitar daños a víctimas civiles y que no hay un mecanismo de rendición de cuentas.
De acuerdo con cálculos de organismos independientes y de senadores de Estados Unidos, los ataques con drones llevados a cabo al menos en Yemen y Pakistán han causado la muerte de entre tres mil y cinco mil personas.
Senadores estadunidenses han aceptado que los ataques han causado la muerte de 25 operadores de alto nivel del grupo terrorista Al-Qaeda, y afirman que la mayoría de los ataques han ejecutado a extremistas violentos.
Sin embargo, organismos humanitarios internacionales han señalado que hasta 90 por ciento de las muertes causadas por los ataques con drones han sido de personas civiles.
El problema, arguyó Jaffar, es que no hay transparencia suficiente en el programa de drones, debido a que se consideran operaciones encubiertas, lo que abre la posibilidad a que se violen las leyes de la guerra y el derecho humanitario internacional.
“No sabemos quién toma las decisiones sobre a qué personas asesinar. Si lees reportes de The New York Times es el presidente (Barack) Obama. Otros documentos dicen que las decisiones las toma un funcionario de alto rango bien informado, que puede o no ser el mandatario”, dijo Jaffar.
Durante un panel de discusión en el Consejo sobre Relaciones Exteriores (CFR), con sede en Nueva York, el abogado manifestó que no hay ni siquiera certeza sobre en cuántos países los drones ejecutan personas ni sobre los motivos por los que se decide que un sujeto debe morir.
“Estados Unidos usa fuerza letal incluso si la amenaza contra su seguridad no es inminente, sólo con la certeza de que hay una amenaza continua, e incluso si no hay un plan específico para atacar al país”, declaró.
Destacó que debe haber reglas claras sobre el uso de estos programas porque un futuro presidente de Estados Unidos podría usarlo de una manera en que “no imaginamos ahora”.
Asimismo, urgió a que un juez revisara la evidencia y el mérito de mandar ejecutar a alguien antes de que se tomara la decisión.
Jaffar participó en el panel de discusión al lado de Michael Leiter, ex director del Centro Nacional de Contraterrorismo, y de Micah Zenko, del Centro para la Acción Preventiva.
Zenko expresó que pese a que las ejecuciones con drones eran “el rostro de la política de Estados Unidos en Pakistán y Yemen” el gobierno federal nunca había informado de manera oficial sobre estos programas a miembros del Senado de Estados Unidos.
Por su parte, Leiter coincidió en que era necesario limitar la muerte de civiles durante la operación de estos programas.
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