México, D.F.-
El ahora Papa emérito, Benedicto XVI, quien este jueves finalizó su pontificado, tuvo una estrecha relación con el deporte durante su tiempo como líder espiritual de los católicos, al grado de que cuenta con una gran colección de playeras, que le fueron regaladas por varios equipos.
Joseph Ratzinger recibió playeras de equipos como Inter de Milán, AC Milan, Real Madrid, una edición especial del “Nazionale”, Atlético de Madrid, de la selección italiana (a la que felicitó tras avanzar a la final de la Eurocopa) y, en su visita a Guanajuato, México, de los Esmeraldas de León.
Previo a la Eurocopa, Benedicto pidió vivir “con espíritu de paz y sincera alegría” el torneo, y mencionó que la Iglesia “no puede quedar indiferente ante este evento y ante las necesidades espirituales de quienes participan”.
Antes había definido a los deportes como “no un fin, sino un medio que puede llegar a ser un vehículo de civilización, animando a las personas a poner lo mejor de sí mismas y rechazar lo que podría ser peligroso o gravemente perjudicial para uno mismo o para otros”.
Además, destacó que los deportes favorecen a la educación, a la espiritualidad, a los valores trascendentes y a evitar el individualismo.
“Los deportes de equipo son una escuela importante para educar el sentido del respeto por los demás, incluso del adversario deportivo; ayudan al espíritu de sacrificio personal por el bien de todo el grupo; mejoran las relaciones dentro del equipo”.
Asimismo, habló sobre el dopaje y alertó a los deportistas a no tomar “atajos” por “la presión de obtener resultados” y pidió fortaleza para evitar caer en estas tentaciones y, en caso de haberlo hecho, reconocerlo y asumir consecuencias.
“El mismo espíritu de equipo sirva de motivación a evitar estos callejones sin salida, pero también de sostén a quien reconoce de haber cometido un error, en modo que se sienta acogido y ayudado”.
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