México, D.F.-
Una fracción de segundo bastó para que la magia reapareciera. Francisco Flores halló en el área salvadoreña esa infantil mirada con la que tanto se identifica. Lo demás fue natural para dos chicos que subieron juntos la escalera que lleva a la gloria.
Dulce velada para el Tricolor Sub-20. Resolvió el “galimatías” que le presentó “La Selecta” (3-0), avanzó invicto a los cuartos de final, como líder del Grupo D y recuperó le mejor versión de sus hechiceros más pequeños.
Regreso oportuno, justo en el cotejo previo al más importante dentro del selectivo. El miércoles, frente a Jamaica, el plantel dirigido por Sergio Almaguer buscará clasificar al Mundial Turquía 2013.
Lo hará remasterizado, con la ilusión que generan pasado y presente de sus “niños héroes”. Quedó claro con el sutil pase de Flores a la cabeza de la “Momia”, quien sólo tuvo que rozar la pelota para dejar sin oportunidad al meta Rolando Morales (53′).
El joven que se hizo inmortal tras ejecutar una certera chilena, con la cabeza vendada, volvió a humedecer sus labios con el néctar de la felicidad. Eso explicó la emotiva celebración.
Flores, Antonio Briseño y Marco Bueno llegaron antes que los demás para rendirle pleitesía. Sabían hacia dónde correría. Muestra de la conexión que les une desde hace años.
Monarcas mundiales Sub-17 con hambre insaciable. Gómez sentenció el partido, mas el estratega mexicano conoce perfectamente a todos sus futbolistas. Carlos Fierro ingresó pocos minutos después. El objetivo era que el chico también volviera a su máximo nivel.
Coqueteó con el gol el resto del partido. Dos atajadas del arquero Morales le impidió desahogarse con un grito impregnado de alegría, tal como lo hizo durante la primera mitad, cuando le hurtó dos anotaciones al “Niño Torres mexicano” y una a Jesús Escoboza.
Pero el volante del Necaxa ya lo había superado antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora. Flores y la “Momia” abrieron el cerrojo centroamericano con una relampagueante pared. El hombre del Pachuca presumió su técnica individual al colocar el esférico justo a la llegada del compañero, quien sólo “saludó” al marco. Morales y el zaguero Romel Mejía intentaron evitar la anotación. Dieron más fuerza a la pelota (14′).
Primera satisfacción para los casi 40 mil espectadores que abarrotaron al estadio Cuauhtémoc. Asistieron con el deseo de ver a los chicos que ya han levitado la bóveda celestial. Ninguno les quedó mal.
Flores repitió el truco cerca del ocaso. Para entonces, Gómez ya había salido del campo, en medio de una sonora ovación. Olivier Ayala lo anidó en su portería al intentar despejarlo, pero no modificó demasiado un “script” que ya estaba terminado. Detrás suyo venía el “Pollo” Briseño, quien ya se saboreaba la anotación.
Los chicos corrieron para felicitar a su capitán. No marcó la anotación, pero fue un simple capricho del destino. El lateral derecho del Cruz Azul ya había hallado en el área salvadoreña otra de esas miradas infantiles con las que tanto se identifica.
“Copyright” de unos hechiceros que no conocen los límites. Sí, los “niños héroes” del Tricolor han vuelto.