Conocí a José Elías Leal en 1992 cuando era el representante de México ante una de las instancias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Roma, Italia, cuando Estados Unidos tenía de rodillas a nuestro país al imponerle un embargo a las exportaciones de atún.
Su cartera era muy relevante y despachaba en su oficina dentro de la embajada de México. Iba y venía a la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), donde se debatía al más alto nivel diplomático el tema para destrabar el castigo que afectaba seriamente al sector pesquero mexicano.
Para los corresponsales de medios nacionales en Italia como Televisa, Excélsior, El Universal y la Agencia Notimex, entre otros, el diplomático llegaba a ser mejor fuente de información que el mismo embajador en turno.
José Elías Leal era además el representante de la Secretaría de Pesca de México ante la FAO para efectos de cabildear a nivel internacional el tema, defendiendo la causa del sector pesquero nacional que, según Estados Unidos, usaba prácticas ilegales para la pesca del atún.
Como corresponsal de Notimex, era la primera vez que como periodista conocía el ambiente diplomático de embajadas y consulados, como también de presenciar posturas de los representantes de países del mundo en un ambiente de Naciones Unidas, en este caso la FAO.
Desde la primera vez que nos topamos en los pasillos de la embajada de México en Roma, me dijo que era originario de Reynosa, Tamaulipas, a lo cual respondí que una parte de mi infancia la viví en Matamoros. Así que ambos conocíamos de corridos famosos y de la cultura fronteriza.
También me contó que antes de llegar a Europa fue diputado federal por Reynosa porque el titular falleció y él era suplente. Fue en la LIV Legislatura cuando tuvo de compañero a Guillermo Jiménez Morales, ex gobernador de Puebla, mismo que en 1991 fue designado como titular de la Secretaría de Pesca.
Y fue Jiménez Morales quien confió en el joven político reynosense para encomendarle esa tarea diplomática, como representante de México ante la FAO para quitar el castigo atunero a México, el cual sucedió años más tarde.
Cuando regresó a México, casado con Elvira con quien tiene una hija, su carrera en la función pública continuó en la capital del país, y más tarde en Caminos y Puentes Federales (Capufe).
Antes del nuevo siglo regresó a Reynosa para vivir en un terreno campestre sobre la carretera a Río Bravo donde abrió dos negocios. En la política fue diputado local y dirigente estatal de la CNOP, un brazo del PRI, además de ocupar otros cargos.
La amistad entre el diplomático en Roma y el periodista fue más cercana en Italia que en esta frontera, donde volvimos a encontrarnos años después, cuando cada uno, en diferentes tiempos, regresamos a México.
Nunca olvidaré la cena de mi despedida de Roma con los tres José: Elías, Gutiérrez y Sandoval en un restaurante de Trastevere, un histórico sector de la capital, que terminó en mi casa, de la zona Montesacro.
Como también recuerdo que el joven político, que será candidato del PRI a la alcaldía de Reynosa, vivía en un departamento en el envidiable sector de Piazza Navona. Auguri (Suerte) Pepe Elías.
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