Ciudad del Vaticano.-
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró hoy que el nombre de Benedicto XVI es “inalienable” y por lo tanto Joseph Ratzinger podrá seguir utilizándolo incluso tras dejar de ser Papa.
“Pienso que puedo sostener que Benedicto XVI es un título al cual no se puede renunciar: es su nombre como Papa, lo ha llevado por toda la Iglesia y por todo el mundo oficialmente por ocho años”, señaló el sacerdote jesuita en declaraciones difundidas por la Radio Vaticana.
“Por lo tanto ciertamente nosotros continuaremos a poder decir que es Benedicto XVI. “Esto no cambia y no puede evidentemente cambiar!”, agregó.
Precisó que aún no existe una indicación definitiva sobre cuál será el título que llevará el líder católico una vez que entre en vigor su renuncia, el 28 de febrero a las 20:00 horas local (18:00 GMT).
Este día Lombardi ofreció algunas otras precisiones sobre la elección del futuro Papa, que insistió- no se llevará a cabo antes del 15 de marzo próximo.
Aclaró que la constitución apostólica “Universi Dominici Gregis” (De todo el rebaño del Señor), aprobada en 1996 por el Papa Juan Pablo II y que norma el cambio de pontificado, aún mantiene su vigencia.
“(El documento) conserva todo su valor y no existe actualmente en estudio una modificación de las disposiciones de ese documento por las diversas situaciones y también del hecho de un anticipación posible del Cónclave o menos”, agregó.
Recordó que, según dicha ley de la Iglesia, la elección de un nuevo pontífice debe tener lugar entre 15 y 20 días después del inicio del periodo llamado “sede vacante”.
“Por ahora no se ha tomado ni siquiera en consideración adelantar el Cónclave”, subrayó.
Apuntó que la misma constitución considera las liturgias propias de la muerte de un Papa y otras actividades distintas que deben realizarse antes del Cónclave.
Reconoció asimismo, que si bien el Código de Derecho Canónico considera la posibilidad de renuncia de un obispo de Roma y da reglas generales sobre esta eventualidad, existen muchos detalles concretos para los cuales no existen precedentes.
Según Lombardi las autoridades eclesiásticas que entren en funciones en los días de la sede vacante (una comisión de cardenales de alto nivel), cumplirán los protocolos definidos por la misma constitución. “No se prevén cambios”, insistió.
Lo que sí pudo anticipar es que los cardenales llegados a Roma antes del 1 de marzo, inicio formal de la sede vacante, no podrán alojarse en la Casa de Santa Marta, la residencia ubicada dentro del territorio vaticano y construida especialmente para el tiempo de Cónclave.
Aclaró que los purpurados admitidos a esa reunión serán aquellos que no hayan cumplido los 80 años al inicio de la sede vacante, es decir el 1 de marzo.
Gracias a esta regla podrá ingresar el cardenal mexicano Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara, quien llegará a esa edad apenas hasta el día 28 de marzo.
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