Ciudad del Vaticano.-
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, descartó hoy que pueda considerarse un problema la presencia de dos Papas, tras la elección de un nuevo pontífice que sustituirá a Benedicto XVI tras su renuncia.
En una larga rueda de prensa el sacerdote jesuita explicó algunas situaciones ligadas con la dimisión de Joseph Ratzinger como líder máximo de la Iglesia católica, que él mismo dio a conocer la víspera en un gesto que dejó estupefacta a la opinión pública internacional.
Según el director de la sala de prensa de la Santa Sede, el nuevo Papa no debería sentirse condicionado sino, más bien, “se sentirá sostenido por la oración y por el apoyo de la persona que más puede entender las preocupaciones y su empeño”.
Estableció que Ratzinger es una “persona de discreción y rigor extremos”, por lo cual de él no se debería esperar “interferencias ni la más mínima incomodidad para su sucesor”.
La Iglesia católica se apresta a vivir un tiempo inédito como consecuencia de la anunciada dimisión del Papa, que comenzará a ser efectiva el próximo 28 de febrero a las 20:00 horas local (18:00 GMT).
Por primera vez en siglos convivirán dos obispos de Roma, uno en funciones y otro emérito, es decir retirado.
Durante la conferencia, Lombardi insistió que “ninguna enfermedad específica” orilló a Benedicto XVI a tomar su decisión, sólo la “debilidad por el envejecimiento”.
Reconoció que el pontífice tiene un marcapasos, que le fue implantado desde la época que era cardenal y agregó que hace poco tiempo fue sometido a una intervención de rutina para cambiar las baterías del aparato.
Empero, subrayó: “Permanece lo dicho, no tuvo ningún peso en la decisión. El motivo es el de la percepción de las fuerzas que disminuyen con el avanzar de la edad, como el Papa dijo”.
Sobre los motivos que empujaron a la renuncia, el portavoz rechazó que los problemas de la Iglesia en la actualidad o las dificultades en el gobierno de la Curia Romana que desencadenaron el escándalo del “vatileaks”, hayan influido.
Fue muy duro y calificó de “engañoso” el análisis que vincula la fuga de documentos cometida por el ex mayordomo papal, Paolo Gabriele, a una decisión tan relevante.
“El Papa es una persona de grandísimo realismo y conoce cuales son los problemas o las dificultades. Existe quien habla de problemas de gobierno en la Curia y quien, probablemente con más acierto, de problemas de la relación de la Iglesia con el mundo de hoy”, explicó.
“Ciertamente puede existir el problema de los adecuados instrumentos de gobierno y los fines a alcanzar, pero esto lo hemos tenido a lo largo de la historia y todos están empeñados a hacer funcionar los instrumentos a disposición”, apuntó.
Por eso consideró errado restringir o particularizar la problemática que el Papa puso en términos estrechamente amplios, profundos y espirituales, para focalizarlo sobre un asunto concreto del funcionamiento de la Curia o del “vatileaks”.
“Benedicto XVI quiso hablar de grandes responsabilidades para la Iglesia en su conjunto, incluidos también los problemas concretos del gobierno y de funcionamiento de una institución. Es engañoso decir otra cosa respecto al significado histórico de esta decisión”, ponderó.
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