Ciudad Victoria, Tamps. / Enero 16.-
En lo más alto de la ciudad, donde las familias son parte de la Sierra Madre, no sólo son golpeadas por la pobreza y la falta de servicios públicos, también por las inclemencias.
En casas de cartón o madera viven 60 familias en la colonia Bethel, aquí, los pies y las manos se entumen por el intenso frío, que en ocasiones es hasta dos grados menor con relación con el centro de la ciudad.
Lo mismo ocurre en la Álvaro Obregón y en la Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Enrique Castillo explica que en los días con más bajas temperaturas, algunas señoras y sus hijos decidieron irse a refugiar con familiares, “pero nosotros aquí nos aguantamos, porque tenemos que cuidar nuestras cosas”.
Junto a un fogón calienta agua para café en compañía de uno de sus hijos y un sobrino. En ratos se frotan las manos y se asoman a ver como se aprecia la ciudad desde acá.
Castillo se refiere al tema de sus viviendas: “Preferimos aguantarnos con una gripa que dejar nuestras cosas, ya nos ha pasado cuando con las lluvias que nos mandan a los albergues dos o tres días y al regresar ya no hay nada”.
Otro padre de familia, que se negó a dar su nombre, dijo que la semana pasada mandó a sus hijos a casa de su cuñada. “Aquí sólo mi vieja y yo, y así están los otros vecinos”.
En algunas casas tratan de atajar las corrientes del intenso frío cubriendo las rendijas de las puertas y ventanas con cobijas.
“A pura cobija aguantamos, no podemos meter brazas para dormir porque ya han dicho mucho que se corren riesgos”, dice doña Tencha, madre de tres hijos, uno de ellos recién nacido.
Al igual que el resto de los vecinos, en su familia carecen casi de todo. “Si no tenemos ni luz eléctrica menos vamos a tener para un calentador o para una casa de block, donde estuviéramos más protegidos”.
Tienen poca ropa para el clima invernal y por ello los niños la usan por un par de días y a veces más tiempo.
—¿Cómo pasan las noches?
La señora voltea e indica hacia donde se aprecian, entre las frágiles paredes, sus dos camas “destendidas”: “Bien amontonados bajo las cobijas, porque cala muy feo. Aunque ya pasó lo peor, no nos confiamos, porque avisan que viene otro frente”.
Así viven en la zona más alta de Ciudad Victoria, donde al igual que las carencias, el frío cala más intenso.
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