Ciudad de México.-
La aproximación de asteroides al planeta Tierra es más común de lo que podríamos pensar. Tan sólo en noviembre, la agenda astronómica de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) informó que se aproximarán 13 de estos cuerpos celestes, aunque ninguno de ellos implicará un peligro potencial.
Los asteroides que se acercarán a nosotros esta semana comenzarán con el “2020 VC1”. Este objeto celeste, de un diámetro estimado entre 21 y 48 metros, se aproximará este jueves a una velocidad relativa de 6.07 km/s; mientras que el “2020 VC” – de entre 25 y 57 metros de diámetro- rondará también mañana jueves por nuestro territorio a 11.24 km/s.
El viernes 13 de noviembre, el tercero de los objetos cercanos a la Tierra (NEO) será el “2020 VL1”. Identificado con un diámetro de 10 y 22 metros, se acercará al planeta a una distancia de 5.01 km/s.
Este fin de semana también se contará con actividad en el cielo, pues el 14 de noviembre se contará con la aproximación de los asteroires 2020 TB9 y 2020 ST1; mientras que el domingo se contará con la “visita” del 2019 VL5, de acuerdo con la información de la NASA.
La agencia espacial estadounidense ha declarado que las posibilidades de que impacten en la Tierra son prácticamente nulas.
Sin embargo, el temor de la población de que ocurra un choque que afecte a nuestro planeta es constante, pues de acuerdo con la “hipótesis Álvarez”, uno de estos fenómenos fue responsable de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, periodo en el que desaparecieron 75% de las especies, incluidos los dinosaurios.
La realidad es que su mayoría son inofensivos, ya que su diámetro es muy pequeño. Por esta misma razón no pueden ser clasificados como “planetas”, pese a que giren alrededor del Sol, ya que no pudieron adherirse a la materia de otros cuerpos celestes durante la formación del Sistema Solar al que pertenecemos, creado hace 4 mil 600 millones de años.
Estos viven en el “cinturón de asteroides”, que es una región ubicada entre los orbitas de Marte y Júpiter, aunque hay algunos otros que se hospedan de la fuerza gravitatoria de otros sistemas planetarios.
A diferencia de los planetas, los NEO no son de forma redonda sino que se caracterizan por tener una figura “dentada e irregular”, además de que su tamaño varía, ya que el diámetro de estos puede llegar a ser de cientos de kilómetros o tan pequeño como el de una pequeña piedra de la Tierra.
Los esfuerzos de la NASA por comprender este tipo de objetos se remonta al 2001, cuando se llevó a cabo la misión “NEAR Shoemaker”, aterrizando en Eros. Una de las últimas de sus expediciones sucedió en 2016, en la agencia espacial recolectó una muestra de Bennu, para ser analizado en la Tierra.
La importancia de su estudio, de acuerdo a los astrónomos, tiene que ver con su antigüedad, pues esta puede dar indicios sobre la historia del Sol y los planetas, ya que se formaron durante la misma explosión, lo que implicaría un avance en el conocimiento del origen del Universo.