México, D.F. / Diciembre 17.-
Todo comenzó hace un par de años, cuando Ricardo Arnaíz imaginó crear un filme de animación donde la heroína fuera niña.
En ese momento se encontraba terminando “La leyenda de la Nahuala”, que se convertiría en una de las películas mexicanas más exitosas de 2008 con sus más de 2 millones de espectadores.
Con ese antecedente quiso que el filme se ubicara en la cultura olmeca y que contara la historia de “Nikté”, una chica que desea convertirse en princesa.
La producción duró dos años y logró contar con las voces de Sherlyn, Alex Lora, Maya Zapata, Eduardo Manzano, Regina Orozco, Pedro Armendáriz, Silverio Palacios y Jorge Arvizu. Si hubiera sido una película de acción viva, el elenco habría estado impecable.
También prestó su voz el comentarista deportivo Enrique Garay, narrando un trepidante juego de pelota.
Todos dan vida a personajes que llevan nombres insólitos como K’as, Tan-ké, Kan, Kun, Ih-aesú e X’tabay
“Nikté, la película”, cuenta con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia y contó con la asesoría de especialitas en cultura olmeca.
“Era mostrar que las niñas son fuertes y que pueden crear grandes cosas”, dice Arnaiz en entrevista con la sección KIOSKO de EL UNIVERSAL.
El encanto de la cultura olmeca
—¿Fue fácil vender un guión ubicado en la cultura olmeca?
—Sí. Tanto para los mexicanos, como para los extranjeros, es algo que nos atrae. Los olmecas conformaban un pueblo de cosas increíbles y era atractivo usar ese patrimonio. Con la autoridades de Tabasco, con La Venta (zona arqueológica), logramos recrear momentos y algunas cosas que ellos hacían, como el juego de pelota.
—¿Los nombres son reales?
—Sobre todo para los principales buscamos vocablos mayas. Nikté es un nombre de niña que todavía se usa y se nos hizo bonito. De todos los demás buscamos algunas palabras que pudieran ser recordadas por los niños como Tan ké. En otros los guionistas se tomaron la libertad de inventar como el que tiene el guajolote sagrado. A Enrique Garay se le cambió por el de Kike Garaitl.
—Alex Lora hasta se avienta por ahí su grito: “¡Que viva el rock and roll!”
—En todas las películas hemos dado libertad a los actores para que hagan lo que quieran. Primero grabamos las voces y sus gestos, dejamos que ellos mismos creen sus personajes.
—¡En el caso de Alex, debía lanzar ese grito tan característico!.
—Ahora la animación se ve mejor que en La leyenda de la Nahuala, la nube de langostas se ve impresionante. Con La Nuahala, la verdad, es que lo que nos sacó adelante fue las ganas de hacer cine. Con esa experiencia, cuidamos muchas cosas. Fue un año de investigación, prepoducción, y otro de producción.
—¿Cuánto afecta la denuncia por plagio que pusieron en su contra?
—No tenemos nada que perder, nos asesoramos muy bien, si no, no lo hubiéramos hecho. Estamos seguros y muy contentos con la vida.
—¿Con tanto que se hizo en posproducción no frenó la película?
Soco Aguilar, productora: —Obviamente todo requirió más tiempo. Por ejemplo, el personaje del dios de la roca no estuvo a tiempo para ser incluido en el trailer. De hecho se alargaron dos semanas más los tiempos de entrega. Lo maravilloso es que todo ese tiempo permitió que hiciéramos más cosas, como trabajar más con el sonido, con su mezcla, y eso valió la pena. Humildad es el valor que tratará de inculcar a los niños mexicanos Nikté. Humildes suenan también los 2.4 millones de dólares que costó esta producción mexicana, comparados con los 300 millones de Avatar , el filme de James Cameron, o los 105 millones que costó la última película de Disney, Tiana y el sapo. “No tenemos miedo y vamos con todo”, afirmó Eduardo Jiménez, director general de Animex, la pequeña productora mexicana autora del filme distribuido mediante 500 copias por Universal.
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