México, D.F. / Noviembre 3.-
Para el director mexicano Julián Hernández no es extraño que la gente abandone las salas cinematográficas debido al contenido de sus cintas, caracterizado por un alto nivel erótico. Más allá de escandalizarse, atribuye esta reacción a un miedo generado como cultura hacia todo lo prohibido.
Al hablar sobre la proyección actual de su más reciente largometraje en salas comerciales, “Rabioso sol, rabioso cielo”, el realizador indicó que a pesar de existir mayor tolerancia para las temáticas homosexuales que él maneja, no deja de sorprenderle ver a un mínimo número de personas salirse de la función a pocos minutos del filme.
“Existe un miedo hacia la autoexploración y ver imágenes que hablan de esto nos llena de pavor. A veces el público comprende mi discurso equivocadamente y lo toma como una especie de violencia cuando significa todo lo contrario, no existe ningún elemento de morbo o irrespetuoso en la película”.
Ganadora del premio Teddy Bear en el pasado festival de Berlín, otorgado a lo mejor en cuanto a trama homosexual o lésbico, “Rabioso sol, rabioso cielo” gira al rededor de tres jóvenes que se reúnen para pagar cuentas pendientes. El hilo conductor de la historia es la búsqueda del amor.
“Hablo de las cosas que me interesan de la manera más transparente posible”, concluyó Hernández.
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