El plazo por fin llegó. Este 5 de julio se renuevan en la entidad la gubernatura, 51 alcaldías, 26 diputaciones locales y 12 escaños federales, en lo que se espera sea una de las contiendas más reñidas en la historia de Nuevo León.
Los Ayuntamientos prácticamente refrendarán la hegemonía del partido que actualmente los gobierna. El único caso donde el pronóstico se mantiene reservado es la ciudad de Monterrey, donde el panista Fernando Larrazábal enfrenta al priista Abel Guerra.
Para las autoridades electorales el gran reto es lograr que al menos uno de cada dos votantes acuda a las urnas, pues entre la guerra sucia y la cruzada por el voto nulo, los ánimos de los electores han estado a la baja.
En Nuevo León hay poco más de 2 millones y medio de personas en edad de votar y mientras los cálculos optimistas estiman en un 60 por ciento la afluencia de este domingo en las casillas, hay quienes consideran que un 40 por ciento será ya un triunfo.
Para la entidad, la contienda más importante es la que sostiene Rodrigo Medina, el joven delfín del PRI, contra Fernando Elizondo, el experimentado panista que ya fue gobernador sustituto y ahora busca gobernar el sexenio completo
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