Hace algunos años recuerdo una entrevista de don Roberto Hernández Jr. en su icónico programa “Futbol al Día” al entonces presidente de los Rayados, Jorge Urdiales.
En esa ocasión don Jorge habló de los objetivos que tenía la institución de Rayados a corto, mediano y largo plazo. Años después FEMSA ha establecido un club estable y sin problemas económicos, se construyó un estadio, se han gastado mucho dinero en fichajes y en lo deportivo se tienen campeonatos nacionales e internacionales.
Dentro de aquellos objetivos recuerdo algunos que no se han cumplido como establecer un estilo de juego, cotizar en la Bolsa de Valores, entre otros. Pensando en aquellos días y el rumbo que ha tomado el club aunado a la evolución que ha tenido el aficionado, en estos años me saltan algunos pensamientos sobre estos tiempos de afición futbolera.
El club no parece tener un rumbo fijo en cuanto a lo que desea ofrecer o tal vez a como desea ser percibido. ¿Es un club, o más que un club como el Barcelona en España? ¿Son un producto para entretener o son un sentimiento que roba cerebros? ¿Desean agradar la pupila del aficionado o probarán cualquier estilo con el objetivo de ganar? ¿Realmente saben lo que quieren dentro del club?
En toda esta vorágine de afición, redes sociales, medios de comunicación, más allá de los reglamentos, objetivos enmarcados en oficinas, ¿qué desean ser y proyectar?
Pareciera que los directivos van por el camino sin saber a dónde quieren llegar y, por lo tanto, al momento de tener que actuar toman cualquier opción pensando que tendrán resultados para un proyecto que, al parecer, desconocen.
En la cancha, en la comunicación, en el estadio y en cada spot que veo buscan proyectar lo correcto, lo bueno, hacerlo bien, en la vida y en la cancha; tal vez deberían empezar por sus oficinas puliendo los objetivos, después buscar talento que los ejecute y, al final, ofrecer un producto un poco más decente que el actual.
Nuestras pupilas lloran en cada partido ante la pasividad de un técnico, directiva y jugadores que difícilmente expresan saber hacia dónde van.
El Mundial de Clubes desnudó una realidad muy palpable: el técnico no tiene quién le ponga un alto; los jugadores no saben a qué jugar, el talento es escaso y los sueldos muy altos.
La afición y los medios palpan esta realidad, ¿A qué le tiras Rayados? Sinceramente me es difícil saberlo, simplemente Rayados no transmite nada y me recuerda mucho a mí mismo cuando voy al supermercado sin una lista de lo que quiero comprar. Simplemente llego y agarro lo que se me antoje y termino gastando más de lo normal, como menos en la semana y termino comprando garnachas en la calle para parchar mi falta de planeación alimentaria.
¿A qué le tiras Rayados? Tal vez Dios lo sepa y nos ilumine, porque su directiva y su genial departamento de mercadotecnia lo dudo.
La afición está encendida y sabe bien lo que quiere: mejores resultados, identidad y, sobre todo, voz y voto, pero ese es tema de otra columna.
¡Saludos DESDE EL SILLÓN!