Claro que pedir la salida de un director técnico, de jugadores o de directivos en algún club de futbol, beisbol, basquetbol o del deporte que quieran, es tan válido como ir o no ir a un juego, pero eso a ir a acosarlos de manera personal para reclamarles un mal resultado eso no se vale.
Muchos dirán que en las redes sociales hay campañas para presionar la salida de personalidades específicas, en este caso de los Rayados del Monterrey que dan pena ajena y son la vergüenza nacional, que comparte en estos momentos con el América y las Chivas.
Ahora sí podemos decir que tres de los grandes son de los mas chicos en estos s momentos en la LigaMx del futbol mexicano, pero lo peor del asunto es que los chilangos como los regios están peor que los tapatíos porque cuentan con la nómina mas grande de la competencia.
Mientras el Ame y la Pandi tienen nominas de miedo, el Rebaño Sagrado da lástima con ese sobrante de equipo que le han dejado a su técnico para salir a dar la cara jornada tras jornada.
Ayer lunes me enteré que fue un grupo de fanáticos a las afueras de la zona de entrenamiento albiazul allá por El Barrial para esperar la salida de los jugadores y reclamarles sus pésimos resultados, pero de manera riesgosa muchos accedieron a dar la cara corriendo, incluso de un loco empistolado. ¡Dios nos libre!
Esta metrópoli desde los últimos 20 años se ha convertido en una catedral religiosa del futbol, donde sus dos clubes pelean año con año para tener al mejor equipo de la competencia, invirtiendo grandes cantidades de dinero para alcanzar el famoso objetivo que son los títulos de Liga.
Como ya lo he dicho, quien me conoce sabe que soy un anti seguidor del futbol defensivo, mediocre, ventajoso, sin estilo, no porque sea un gran conocedor, sino por la sencilla razón que el futbol es un espectáculo y es para divertir a la gente.
Lo puedo señalar claramente. Desde siempre odio el estilo de juego de Ricardo Ferretti, Manuel Lapuente, Arpad Fekete, José Manuel de la Torre y muchos otros más, porque podrán dar resultados, pero van contra la natura del futbol que es jugar bien, bonito y con goles.
Esa es mi forma de pensar y respeto a los que les guste irse a dormitar a un estadio o quedarse soñando en el sofá de la casa, pero qué diferente es ver a equipos como los que dirige Miguel Herrera, Ignacio Ambriz, Antonio Mohamed, Nicolás Larcamón, Diego Cocca, Matías Almeyda, entre otros más.
No debemos olvidar un detalle por demás importante en estos casos de malos resultados: deben entender que los dueños y directivos de un equipo profesional son los únicos que sabrán qué hacen con su dinero, si lo desperdician y les vale un cacahuate los resultados.
Recuerden que es inversión privada y no inversión pública. Aquí los aficionados, seguidores, hinchas, o como se llamen en muchos lados, simplemente debemos esperar que cada club tenga un dueño con mentalidad ganadora para que pueda ingresar más dinero en su club con los abonos vendidos y en las entradas a cada partido.
Pedir que se vaya José González Ornelas o que se vaya Duilio Davino es como decir que ya no iras a comprar en los Oxxos para que le vaya mal a Rayados, eso es ridículo. Lo que está a tu alcance es no ir al estadio, no comprar sus productos de venta y simplemente decir en redes sociales, que mal juegan los Rayados, fuera Aguirre y que manden a la banca a algunos de sus jugadores.
Miren que esto no es novedad en Monterrey, así se vive en varias ciudades de Colombia, Brasil, Inglaterra, Argentina, Chile, pero en serio que ir a la agresión verbal o física no es para nada el mejor camino.
Sólo me despido diciendo que Rogelio Funes Mori y Jesús Gallardo deben ir a la banca un buen rato, pero sobre todo ya deben darle las gracias a Javier Aguirre.