Durísimo golpe han recibido en la jornada 14 los equipos Rayados de Monterrey y Tigres. A tres fechas de concluir el torneo, los felinos han sido arrumbados a la séptima posición (con 24 puntos), empatados con Necaxa, pero un punto abajo de Pachuca (25), que vino a hacer la hombrada de doblegar a los auriazules en el Estadio Universitario, mientras que los dirigidos por Fernando Ortiz sufrieron su segundo revés consecutivo, ahora frente al Cruz Azul. Como quiera, éstos se mantienen a un punto de los superlíderes Toluca y América, con ligero mejor promedio de goleo de los choriceros, que han escalado peldaños con sus triunfos contra Pachuca y Atlas.
Ahora lo que levanta la expectativa es el clásico regiomontano. Los del Cerro de la Silla reciben a los Tigres con ganas de reponerse de sus dos malos resultados, especialmente si se toma en cuenta que juegan en casa, tratando de complacer a sus seguidores, y después del lleno total de su estadio el miércoles 10 en el partido del morbo, más que por lo que refleje el resultado, por la presencia de Messi y sus ganas de desquite por la derrota del Miami 2 a 1 y por los reclamos airados de algunos de sus integrantes, al finalizar el partido de ida. Las dos escuadras pusieron su meta en llegar al Mundial de Clubes y eso implica sacar lo mejor de sí en encuentro tan decisivo.
A los Tigres les espera un Clásico de mucha exigencia, el cual deben jugarlo sin desesperación, pero mucho dependerá también de haberse medido al Columbus con gran inteligencia y avanzar en la Concachampion. Todo porque una mejor posición en la tabla, representa en la liga MX mantener la esperanza de pelear por el campeonato con fundamento en haber superado los obstáculos de las últimas tres jornadas que se avecinan. Pero si no logran los dirigidos por Dante Siboldi imponerse a los Rayados, la neblina en su horizonte opacará sus aspiraciones de llegar lejos en este torneo, porque el Clásico deja marca en el ánimo y hiere el orgullo a fondo, haciendo muy difícil la recuperación, por mucha garra que le pongan al resto del campeonato.
En cambio los albiazules no solo desean seguir en la cumbre de la tabla, sino llenarse de aliento para dominar las dos últimas fechas y enrumbarse con toda la dopamina en su interior a hacer de las suyas en la fase del play-off. Por tanto, no dejarán de planear el Clásico con todas las de la ley y hacer gala del renombre y rendimiento de sus futbolistas más acreditados, conscientes de lo que vale un partido de éstos y lo representa para sus intereses institucionales y deportivos.
Así es que, ya pasada la fecha de la Concachampion, el enfoque de los protagonistas y de los aficionados se irá directo a este Clásico local, en que se seguirá hablando de la negativa del Club Tigres para jugarlo el domingo, o para analizar si esa decisión favorece o perjudica los Rayados por tener un día menos de descanso, después de medirse al Miami el miércoles. Pero si bien los jugadores no son máquinas, sino seres humanos expuestos a todo lo que implica el desgaste en la cancha, su espíritu de lucha y su mentalidad pueden compensar los retos de un partido que exige un extra a la hora de la hora.