No hay duda que Tigres es el equipo que mejor juega en estos momentos en la Liga MX.
Sus millonarias inversiones finalmente están dando réditos y cuentan con una ofensiva que está para darle miedo a cualquiera que los enfrente.
Nadie puede negar que su líder en el ataque, André Pierre Gignac, es un fenómeno para la liga mexicana, pues a sus 36 años de edad corre más y pelea más que muchos novatos de menos de 25.
Gracias a sus bolsillos sin fondo, Tigres finalmente tiene el equipo, el técnico y la afición que se convierte en el sueño húmedo de cualquier directivo no solamente de la liga azteca, sino de otras partes del mundo.
El problema es que ahora tiene la obligación de coronar esta grandeza con un campeonato.
Cualquier cosa menos que el trofeo de campeones es un fracaso para Herrera y sus pupilos.
A estas alturas del partido, Tigres está obligado, sí, o-b-l-i-g-a-d-o, a levantar la copa.
No sé qué tan bueno es que los felinos y el llamado “caonismo” tengan que cargar con esta losa en sus espaldas, cuando todavía faltan una semanas para el arranque de la liguilla, un torneo donde, ya sabemos todo puede pasar.
Si me preguntan -y qué bueno que nadie lo hace-, preferiría estar en los zapatos de Rayados, Pachuca y hasta Puebla quienes tienen a la mano la clasificación directa a la liguilla y por quienes, al menos en el caso de los albiazules, hay quienes no dan un cacahuate por ellos.
¿Que el sistema de competencia en México es injusto, pues premia con la oportunidad de un campeonato a equipos que se la pasan tirando hueva en la campaña pero al final aprietan el paso para clasificar a un torneíto de “matar o morir”?… es cierto, pero no olviden que Tigres ya se benefició de este esquema, así que no se anden quejando.
Es irónico, pero aquí los únicos culpables de emocionar tanto a su afición y echarse encima la obligación de ser campeones son los mismos Tigres.
Hoy, los seguidores de los felinos están como las novias de rancho, exigiendo que les cumplan o que la dejen como estaban.
Ojalá en la liguilla no vaya a suceder una “tragedia” como ya ha pasado en años anteriores.
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