Jerónimo (con J, insiste e insiste “El Patrulla”) Barbadlllo González regresará este sábado al Estadio Universitario para presenciar el clásico regiomontano y ser parte del homenaje a Tomás Boy.
Hoy 17 de marzo, a las 7 de la mañana, hora local (14:00 tiempo de Italia) lo localicé telefónicamente y platicó el dolor que le causó la noticia del fallecimiento de su gran amigo, con quien seguía manteniendo comunicación, mes a mes.
“Me enteré inmediatamente porque me acababa de invitar a pasar unos días en su casa de Acapulco, y de pronto me llegó el duro mensaje que me derrumbó porque me había dicho que estaba muy bien de salud y que tenía algunos planes que platicarme”, dice Jerónimo, aún conmovido por la ausencia de quien –enfatiza– “era más que mi amigo. Era mi hermano, pues, aunque nos decíamos compadres, nos apreciábamos como si fuéramos de una misma familia”.
Por eso ha aceptado la invitación del Club Tigres para participar en el homenaje que se rendirá al famoso “Ciruelo” en la fecha del clásico local. “Cómo no haré lo que sea para recordarlo como cuando convivimos en Monterrey, ya que desde que él llegó a Tigres en 1975, yo ya estaba ahí y nos unimos siempre dentro y fuera de la cancha”, reitera el simpático “Patrulla” desde sus oficinas “Barbadillo & Italiani srl” (football management) en Udine, Italia, feliz al lado de su esposa Bertha Nakandakare, con quien y llegó con él a Monterrey siendo padres de su primogénita Ingrid. Más tarde nacería en Monterrey Jerónimo, hoy su asistente en el negocio que prospera en Udine.
El tremendo Tomás Boy declaró en varias entrevistas que los tres grandes amigos que reconocía como tales eran Claudio Lostanau, Jerónimo Barbadillo y “El Güero” José de Jesús Aceves, sin hacer menos a otros grandes compañeros y colegas del futbol y de los medios.
EL 7 de MARZO DE 1975
El 7 de marzo de 1975 es una fecha bien grabada en los anales históricos de la institución universitaria, al desembolsar 50 mil dólares y lograr la firma de contrato de Jerónimo Barbadillo, a quien pronto de le bautizó como “El Patrulla” por la semejanza que le hallaron con uno de los protagonistas de una serie televisiva de Estados Unidos: Patrulla Juvenil. Hoy hace broma con ese apodo porque afirma que no tiene un pelo de tonto, al rascarse la calva.
Muy pronto también se encontraría con Tomás Juan Boy Espinosa haciendo química insuperable en el campo de juego junto con otros valiosos futbolistas de esa época que empezarían a escribir el primer capítulo de éxitos campeoniles, primero bajo la batuta de Claudio Lostanau y luego de Carlos Miloc.
Y fue precisamente el peruano Claudio Lostanau, al sustituir al entrenador José “Che” Gómez, quien recomendó a su paisano con la directiva de los recién ascendidos a la máxima categoría para que lo contrataran, por el futuro que adivinaba en él, apenas a sus 22 años de edad, e hijo de Guillermo “Willy” Barbadillo Alvarado, integrante de la selección de Perú, y buen amigo del entonces nuevo entrenador de Tigres. “Es tan bueno que equipos de Argentina también lo buscaban”, comentó Lostanau, “pero el chico prefirió venir acá”.
— Sí, sí —recalca ahora Jerónimo, con la memoria fija en esos días en que llegó bien enamorado de Tigres, sin conocerlo–. Fue amor del bueno, puesto que aún sigo enamorado de este club y de su historia, porque aquí me trató muy bien la gente. Pero lo mejor es que hice grandes amigos y encontré un hermano en Tomás Boy.
En la película mental de aquellos días de 1975 sobresale la figura de Lostanau. “Por él me decidía a venir a jugar con Tigres. Porque los entrenaba mi paisano, aunque me asustaban con eso de que yo iba a pasarla no tan bien porque era arriesgado firmar con un equipo recién ascendido a la primera división. El que más insistía en eso era el empresario uruguayo Oswaldo Páez, pero mira lo que es el destino, pues no me equivoqué y luego luego ganamos el torneo de copa en octubre de ese año, y aunque nos fue muy mal en la siguiente temporada y estuvimos a punto de descender, en 1978 fuimos campeones de liga con Miloc y repetimos la hazaña en 1982”.
Por eso es invitado frecuente de los Tigres, como en 2017, para engalanar los festejos del 50 aniversario de la inauguración del Estadio Universitario y, unos meses despúés, a un congreso de la Facultad de Organización Deportiva.