Uno de los principales problemas que siempre ha existido en este país cuando se habla de lucha libre, es el egoísmo por parte de las dos empresas importantes de lucha libre del país: Consejo Mundial de Lucha Libre y Lucha Libre Triple A.
Egoísmo que se nota con una ridícula regla que tiene las empresas con los promotores de empresas pequeñas al momento de programar funciones de lucha libre, que es “NINGÚN LUCHADOR DE MI EMPRESA NO DEBE COMPARTIR EL CUADRILATERO CON UNO DE LA OTRA”.
Esta regla es la más estúpida y que lamentablemente nos ha privado de muchas cosas bonitas, que uno como fanático, pudiera disfrutar, como volver a tener un evento como lo fue Padrísimo en el año 2000 gracias a Televisa, que por ser el dueño de los derechos de transmisión de ambas empresas, lo obligó a colaborar entre sí y sin mencionar algunos Teletones donde también ambas empresas lucharon.
¿Por qué estoy tocando este tema de los bloqueos entre empresas? Debido al ego de Maricela Peña y Dorian Roldan, altos ejecutivos de La Caravana que se mostraron ardidos la semana pasada cuando se anunció la presentación de Los Lucha Brothers (Pentagon Jr./Penta El Zero M, y Fénix/Rey Fénix) junto con PAC (Neville en WWE) en la Arena México para una de las funciones estelares del CMLL, esto gracias a la alianza que esta ha tenido con AEW, la cual ha sido más beneficiosa para ambos lados, por lo que tuvieron que “pedirle” a Alberto El Patrón cancelar su presentación en la empresa FULL Chiapas y Grupo Solís para el sábado 3 de agosto de este año, donde este se enfrentaría al Penta.
Aquí los luchadores no tienen la culpa de que sus directivos no hayan sabido aprovechar una buena alianza que tenía con AEW, y eso que fueron de las primeras empresas en tener alianzas con los elitistas.
En un principio, AEW les mandaba lo mejor de ellos a luchar como The Young Bucks (Matt y Nick Jackson), Kenny Omega (quienes ganaron campeonatos en la empresa) y Cody Rhodes que participó en un TripleMania junto con Caín Velázquez; mientras que Triple A mandaba (sin faltarle el respeto a los luchadores) pura merma, el único que brilló fue El Hijo del Vikingo hasta que le llegó la lesión.
Y eso que no contamos a los enmascarados que ellos aparecen como parte del roster de Triple A, pero a su vez, tienen contrato con AEW que a causa de este, algunas ocasiones no se pueden presentar en La Caravana, claro ejemplo fue cuando Pentagón Jr. dejó vacante el Campeonato Latinoamericano AAA por problemas de agenda.
Por este tipo de prácticas monopólicas, la Triple A se ha ganado todo tipo de odio no solo de los fanáticos, sino de los luchadores que han salido de la misma furiosos y con intercambios de demandas, siendo las más comunes el cómo ellos se hacen “dueños” de los nombres de los luchadores salientes, como lo fueron L.A. Park (La Parka Original), Octagón (tantos años en Triple A y así le pagan), y Psicosis (el original se tuvo que cambiar de nombre a Nicho El Millonario).
Lo peor del caso, es que han perdido tanto tiempo en este tipo de cosas que han descuidado el producto que tienen que presentar en el cuadrilátero cada función, no por nada las funciones infumables de TripleMania de este año.
Ya es momento que Los Roldan-Peña bloqueen su egoísmo por un rato, tal vez para siempre, y se enfoquen en el principal consumidor de su producto y que han descuidado por muchos años, el público.