Todos tenemos momentos en nuestra vida que cambiaron la forma de relacionarnos con nosotros mismos.
Momentos que cambiaron la forma en que nos ven los demás, pero, sobre todo, lo más importante: que cambiaron la forma en que nos vemos a nosotros mismos.
No creo estar exagerando cuando digo que, de manera colectiva, algo así le sucedió a los Rayados de Monterrey en su victoria ante el Inter de Miami, de Lionel Messi.
Que el Inter no es el gran equipo que nos ofrece la mercadotecnia y los goles mediáticos que le han acompañado desde que llegó David Beckham como co dueño del equipo, y después con la incorporación de las estrellas de Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba, eso es cierto.
Pero también es cierto que apenas hace un año y tres meses, Messi se proclamaba campeón del mundo con Argentina, en Qatar 2022.
Como sea, frenar a Messi no era tarea fácil, tampoco era tarea fácil la personalidad que el equipo mostró anoche, sobre todo después de la cara frágil que el Monterrey había ofrecido en partidos clave durante los últimos años.
Si hablamos de momentos que cambiaron la psicología colectiva del Monterrey a lo largo de los años, podríamos enumerar al equipo que a mediados de los 60 por primera vez se trepó a los primeros lugares de la Liga.
Después los grandes equipos que armó Alberto Santos, a principios de los 70, más tarde la credibilidad en el trabajo de Fuerzas Básicas que otorgó el Rayados campeón del Torneo México 86, comandado por Francisco Avilán y sus muchachos.
Luego la Aplanadora de los hermanos Rivero, y el Monterrey de Lankenau, que marcó la pauta en cuestión de Mercadotecnia.
Después la llegada de Femsa, con la era Passarella y el campeonato del Apertura 2003, que cambió la mentalidad de la institución.
Enseguida el Rayados de Vucetich y su hegemonía, sobre todo, en la Liga de Concacaf, y su participación en los Mundiales de Clubes, donde resalta el partido ante el Liverpool. Incluye esta época la inauguración del Estadio BBVA.
Hoy, la historia hace otra parada, por la personalidad mostrada ante el Inter de Miami, que ofrece la imagen de unos Rayados con personalidad y carácter ante el mundo.
Esta nueva parada en la historia llega justo cuando el trabajo de la actual directiva necesitaba un golpe de credibilidad en su intento de modificar la psicología del equipo desde el interior.
Un equipo concentrado los 90 minutos, desde sus hombres del medio centro, con Luis Romo y Sergio Canales, para maniatar a Messi cuando pasaba por su zona, hasta los centrales, Víctor Guzmán y Stefan Medina, cuando caía por ahí, y también para controlar a Luis Suárez.
Gerardo Arteaga también se convirtió en insuperable para Messi cuando “La Pulga” se tiró por su banda.
Cuando las generaciones del futuro se enfrenten a un dilema recordarán que otros rayados antes….
Ya supieron lo que es ser campeones con casi puros jugadores de la cantera.
Supieron cambiar la historia del futbol mexicano en cuestión de mercadotecnia.
Cambiar su mentalidad como institución, también mandar en Concacaf y medirse de tú a tú con el Liverpool, y, ahora, frenar al mejor jugador del mundo en un partido oficial.
Así, con hechos, es como se cambia la psicología individual y colectiva, así es como cambiamos la forma en que nos ven los demás, pero, sobre todo, la forma en que nos vemos y nos relacionamos con nosotros mismos.