Ir ganando partidos o perdiéndolos, a sabiendas de que sólo la Final y un carácter distinto podría redimirles ante la afición.
Hoy respiraron hondo. Igualaron 1-1 ante los Tigres, en el partido de Vuelta de los Cuartos de Final, para avanzar a la Semifinal, donde enfrentarán al Cruz Azul.
Una fiesta se vivió al silbatazo final del árbitro Fernando Hernández, en un estadio BBVA que ha visto cómo paso a paso la afición ha ido regresando a la tribuna y conectando con el equipo.
El Monterrey, que llegó a la Vuelta con ventaja de 2-1, fue superior durante la mayor parte del juego, pero a los 26´, un gol de Gignac revivió los viejos fantasmas que acechan al equipo y a su técnico, Fernando Ortiz.
Andrada rechazó un complicado disparo, que recentró Diego Reyes y el francés empujó de tacón, para su gol 13 en la historia de los Clásicos, el partido se ponía 0-1 favor de los felinos, y 2-2 en el global, aunque avanzando los albiazules, por la posición en la tabla.
Pero paso a paso, los Rayados fueron retomando la iniciativa del juego, tras el gol que representó el gol felino, y que los ponía a un tanto de eliminar al Monterrey.
Los Rayados enderezaron el camino el partido y retomaron la ventaja en el global, cuando a los 59´ Jordi Cortizo mandó a las redes un esférico que pegó en el poste, tras disparo de Canales.
A partir de ahí, Tigres se hizo del balón y Siboldi empezó a mover su cuadro con la intención de volverlo más ofensivo, enviando a Quiñones, Ibáñez, Marcelo Flores Vigón, pero poco peligro pudo crear sobre la portería de unos Rayados, que acechaban en el contragolpe.
Rayados está fortaleciendo el carácter… y por lo pronto, sigue camino a la redención.