Entiendo que en una ciudad tan futbolera como Monterrey las dinámicas de comunicación entre los equipos, los medios y la afición son complicadas.
Esta ciudad ha aprendido muy bien que entre semana, cuando no hay partido, la polémica es la que aviva la llama de la pasión y existen un grupo de comunicadores quienes le han aprendido muy bien al negocio y son verdaderos expertos en lanzar chorritos de gasolina a la hoguera del interés por los equipos.
Si a ello le agregamos que con las redes sociales han comenzado a aparecer -como hongos tras la lluvia-, decenas de opinadores o influencers a los que solo les importa tener miles de seguidores, sin importar que para obtenerlos se pasen por el arco del triunfo el rigor periodístico, la cosa se vuelve más difícil.
En días recientes la nota ha sido que tanto el técnico de Rayados, como el de Tigres, mostraron de una forma bastante abierta su molestia por todo lo que se ha estado escribiendo y diciendo en las redes sociales y programas deportivos.
Entiendo la razón pero no la justifico. Los técnicos, como básicamente todas las fuentes, están muy contentos con los halagos de los reporteros y estallan cuando la crítica comienza a señalar sus errores.
Esa es la labor de la prensa, señalar y cuestionar, no importa si se hace a un presidente, un cantante de moda o un técnico de futbol.
Que haya medios que aprovechando su rating abusan de esta critica nada más para ganar audiencia, llenándole el buche de piedritas a los técnicos o jugadores insignia, es otra cosa.
Sin embargo, los que están al otro lado del micrófono tienen entender que cuando tienes a tu jugador más relevante -cuyo carrera vive sus últimos momentos-, gritándose con un preparador físico que “se van a arrancar la cabeza” y luego, coincidentemente se “lesiona”, la prensa tiene que preguntar.
Los que responden en las conferencias tienen de entender que si tus delanteros no meten gol ni en el arco del triunfo, y esto ha comenzado a hartar a un grupo de aficionados es un tema que los reporteros van a sacar cuando te vean.
Nadie espera que los técnicos sean unos expertos comunicadores, ellos saben de futbol.
Pero para eso hay equipos que pueden asesorarlos, pueden sugerirles respuestas a temas espinosos… por Dios, pasarles una tarjetita antes de la conferencia no es física cuántica.
Las directivas tienen que cuidar a sus técnicos y jugadores, pues ellos están para ganar partidos.
La chamba de saber qué es lo que quieren que se comunique, es de otras personas, de los que están en las oficinas, no en la cancha.
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