Nadie me preguntó, pero en el imposible, remoto e increíble caso de que alguien lo hiciera, les diríamos que ese seleccionado mexicano así como va, podría no tener muchas posibilidades de igualar o superar lo hecho por todos sus antecesores.
Una de las principales causas es el anquilosamiento, el apoltronamiento de la mayoría de sus “figuras” que, varios, están lejos de serlo, aunque se comporten como tales.
Han dado chispazos algunos por aquí, por allá, en ciertos momentos, pero están a años luz de ser cracks internacionales, aunque varios estén jugando en Europa.
A algunos de estos futbolistas les llegó la hora de dejar su puesto a los chavos. Ya aportaron, dieron lo que pudieron, en algunos casos bastante. Jugadores como Herrera, Guardado, Moreno, Corona, Ayala, Chícharo, Vela, Oribe, Gio, Ochoa, en su momento se partieron el alma por su selección, pero el tiempo es inclemente y no perdona a nadie. Muchos han visto mermada su capacidad de reacción, su fuelle, su velocidad en detrimento del juego colectivo. El entrenador actual del Tri ha respetado de más los blasones obtenidos en batallas pasadas de algunos y no se atreve a pedirles que dejen el paso a los que siguen.Algunos ya ganaron suficiente plata, las ambiciones ya no son las mismas, ya dejaron de correr, de meter, de soñar, de tener hambre y cuando eso pasa, la capacidad disminuye, la bravura se esfuma y el espíritu se arruga.
En algunos no es que no tengan la juventud o las ganas, es cuestión de talento.
Otros, lo tienen, pero les falta ambición, creérsela. Les falta entender que “para ser, hay que parecer”, es decir, para ser un gran futbolista, no puedes salir a trotar y dudar en voy o no voy.
Te tienes que comer la cancha pulgada a pulgada y sudarla suficiente hasta que no te quede gota de aliento. Una Copa del Mundo, es un escenario que no admite dudas, que no permite titubeos o medias tintas.
Para ir a padrotear como lo haces en la comodita y viciada liga de México donde hasta los árbitros son parte de la trama para fabricar campeones, mejor nos quedamos en la casa.
Gerardo Martino tendría que renovar casi en su totalidad su equipo, aunque ya no lo hará. Delo por hecho.
No puedes hacer concesiones Si te vas a morir que sea porque tu rival fue más inteligente, más poderoso, pero no porque elegiste las armas inadecuadas para la batalla.
Si vas a perder, que sea luchando con todo tu arsenal con los más talentosos y bravos que tengas a la mano.
No puedes elegir a uno porque fue una figura o trae colgadas medallas de otras guerras. Ésas son para los desfiles; para la trinchera necesitas guerreros que sientan el hormigueo en el estómago y un corazón que quiere estallar de orgullo por lo que representa portar la camiseta nacional.
Nadie me preguntó, repito, pero si mañana fuera el partido ante Polonia, mi alineación sería ésta:
– Acevedo en la puerta;
– Línea de cuatro con Kevin Álvarez, Angulo (el de Tigres, no el de Chivas), Vázquez y Arteaga de lateral izquierdo;
– Edson de capitán, cobrando en la caseta de paso de la aduana y una línea de tres 10 metros adelante, con Lozano por derecha, Charlie Rodríguez por el centro y Marcelo Flores por izquierda;
– Henry Martin y Alexis Vega al frente…
Un cuadro rapidito, fuerte, con creatividad y velocidad; con gente de suficiente oficio para quitar, meter, y hacer jugar al resto, pero con dinámica, capacidad de reacción y rapidez para desdoblar y replegar.
Este equipo tiene que tener dos o tres cuartomilleros y dejar en casa los caballos percherones de desfile.
Ni me pregunten por las demás… algunos estarán en la banca y el resto viéndolo por TV.
Entiendo que muchos irán al Mundial porque así lo quieren las televisoras, los promotores, las marcas patrocinadoras, los directivos y al final si le sirven o no al entrenador, es lo de menos.
Por eso, y nada por eso, como dijo el filósofo Jorge Ruiz de Santayana: “Los que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo”… él nunca habló de los pueblos, ni de la historia, como falsamente se le ha atribuido en la popular frase.
Sólo habló del pasado.
Y no creo que don Tata recuerde el pasado inmediato, ya no te digo de los anteriores cinco o siete mundiales.
Por eso, el pasado volverá a repetirse…
Tal cual.