En el duelo de ida ante el León, Miguel Herrera reforzó su ataque y Thauvin y González hicieron timbrar la caja registradora.
En el juego de vuelta, un disparo lejano de Ayala hizo temblar y estrujarles el hígado a los 40 mil parroquianos presentes en las gradas del viejo Nou Camp, que ahora se llama Nuevo Estadio de León.
Aquel lance de González a un minuto de que se fuera el tiempo de reposición quedó a milímetros de puntear la pelota y mandar a los verdes de vacaciones.
De haber acertado Ayala o Carlos, ahora se estaría hablando de lo excelente estratega que es el Piojo, que se defendió como pudo y cuanto pudo, y apostó a que González acertara.
Y no sucedió eso. Lo vimos.
Claro, ya a toro pasado, es más sencillo poner en el banquillo y fustigar a Herrera, sin embargo, cualquier entrenador -un buen entrenador, digo, no Miguel precisamente- entiende que para defenderte necesitas tener tú la pelota. La forma de que no te hagan daño es teniendo tú el balón. No entregarlo y enconcharte a recibir castigo al cuerpo y con el rosario en la mano para que no acierten los trallazos de todos calibres que te tiran.
No puedes poner a Dueñas, Cruz, Ayala y Fulgencio para que te manejen el balón y los tiempos si no saben hacerlo. Si siempre están en la banca, ¿qué te hace pensar que saben encarar una situación extrema como ésa?
Herrera se perdió. Quiso dejar el librito por un lado e improvisar. Sí… necesitaba a Dueñas y a Ayala, pero también mantener a Gignac, y agregar a Thauvin y Leo Fernández.
Al final del día, da igual que hayan ganado o perdido. El León no será campeón. Puesto que todo ha sido encaminado desde el torneo anterior, primero para salvar al Atlas de la quema y no tener que pagar aquella multa de 120 millones de pesos, y ahora, para hacerlo campeón.
La Liga MX y los medios de comunicación, casi todos, se han vinculado para hacer la jugada. Unos para hacerla y otros para hacer como que no está sucediendo nada.
Las televisoras y los medios impresos y digitales están siendo maniatados mediante publicidad. Sobre todo de casas de apuestas para que un descarado atraco en despoblado como fue el que le hicieron a Pumas la noche del domingo en el Jalisco, haya pasado inadvertido para todos y para la mayoría de los comentaristas y analistas haya sido solo “una jugada polémica”, en lugar de un torneo completamente arreglado, una conspiración gigantesca en favor de cierta institución.
Los federativos pareciera que han hallado la manera de allegarse ingresos extras, favoreciendo a ciertos clubes. Así fue campeón América en su momento, venciendo a un entregado Cruz Azul que fue parte del arreglo, que ganaba más perdiendo títulos; la prueba es que al torneo siguiente lo vuelve a hacer en semifinal ante Pumas. Y así lo hizo Chivas también, cuando un arbitraje amañado lo hizo campeón ante Tigres hace cuatro años.
Hoy le toca al Atlas.