¿Por qué muchos aficionados se vuelven violentos?
¿Qué los lleva a casi matar a otra persona, incluso hasta a aquellos con quienes comparten la simpatía por un equipo?
Es una pregunta que mientras no se responda correctamente será muy difícil desactivar la violencia que cada vez ronda de manera más frecuente nuestros estadios.
El último episodio sucedió el sábado pasado después del partido donde lo Rayados cayeron ante el Cruz Azul en los alrededores del Estadio BBVA.
Un par de paramédicos recibieron una golpiza que, por fortuna, no tuvo graves consecuencias de parte de un grupo de barritas rayados.
En las imágenes no alcanzamos a comprender qué produce tal grado de coraje para golpear a alguien de esa manera, que técnicamente no les ha hecho absolutamente nada.
Hace tiempo la violencia desatada en el Estadio Corregidora de Querétaro despertó todo tipo de condenas y manifestaciones, pero, como lo adelantamos, no cambio mucho el panorama:
El germen de la violencia sigue estando ahí listo para despertar en cualquier momento, quizá de una forma cada vez más grave por una razón: el fuego que la alimenta cada vez arde más en el interior de los individuos.
Y ese combustible tiene mucho que ver con que somos cada día una sociedad que cada día abraza más frustraciones proveniente desde distintos frentes.
Eso al mismo tiempo está relacionado con una deshumanización del futbol, del deporte en general, de la política, y de todo lo que tiene carácter masivo.
Es urgente que veamos a todos aquellos que son referencia para la sociedad como seres humanos que viven nuestros propios procesos psicosociales, entonces dejaremos de esperar tantos de ellos…
Al mismo tiempo que atendamos las causas por las que los seres humanos nos esforzamos por alcanzar metas que la mayoría de las veces solo nos hacen sentirnos más vacíos.
También que trabajemos juntos porque la sociedad bride más oportunidades de crecimiento a nuestros jóvenes.
Entonces quizá haya menos violencia en los estadios, necesitemos menos policías, y las tribunas estén a reventar de familias.