“Querer empañar un título de un equipo hablando de que el arbitraje llevó a ese equipo al título me parece no solo irresponsable, sino francamente desleal porque, insisto, el descalificar permanentemente al juez va en contra del negocio y del espectáculo”. Arturo Brizio Carter, en entrevista con ESPN
Ése es el problema…
Que el líder de los árbitros en México considere que evidenciar los arbitrajes amañados que llevaron al Atlas a salvarse primero de la quema y pagar 120 MDP si quedaba en el fondo de la tabla y al siguiente torneo a ser campeón, sea una irresponsabilidad de los comunicadores que lo señalaron y sea desleal , como si la lealtad tuviese que ver con el fútbol y no con la responsabilidad de un medio de ser leal con sus lectores y televidentes, radioescuchas y cibernautas de medios digitales.
El problema es que Brizio Carter piensa que denunciar lo evidente es afectar el negocio y el espectáculo de ellos, los árbitros, la Liga y los equipos.
Por eso, hipócritamente sancionan a una árbitra asistente que anunció una casa de apuestas en sus redes sociales, pero nada dice de que en el partido Monterrey-América los patrocinadores y los que pagan parte de los sueldos de los jugadores sean por lo menos cuatro casas de apuestas: Codere, Caliente, BET-365 y Play-Do It.
Lo que pasó en Querétaro es parte de un todo, no sólo de pleitos entre barras…
El hecho de que dos fuentes, Medrano Félix y el Francotirador, columnista de Récord, hayan mencionado 17 muertos que “desaparecieron” dos horas más tarde es muy extraño y huele a tratar de cuidar el negocio y el espectáculo que menciona Brizio.
La opacidad de un club que tiene muchos años fingiendo ser un equipo de futbol, con la complacencia de la FMF y las autoridades hacendarias de este país, es parte del problema. Ese equipo fue de Amado Yáñez, socio de los hijos de Martha Sahagún en Oceanía, una compañía de buques y plataformas petroleras; fue de Olegario Vázquez Aldir, (dueño de Excelsior, los hospitales Humana, Imagen Radio y TV, Multiva Casa de Valores) a quien el SAT se lo vendió en tres pesos; intentó comprarlo Inés Sáinz y su esposo, a nombre de Salinas Pliego; lo tuvo Caliente y los actuales dueños, que de promover jugadores de la noche a la mañana se convirtieron en magnates del futbol, te habla de los orígenes obscuros de los recursos que mueven en esa institución.
Son muchas cosas.
No es solo un pleito entre barras porque, según el gobierno queretano, “debido a que la empresa privada de seguridad no envió los elementos suficientes” al estadio.
Si quieren de verdad sanear esto, deben ir al fondo. Sancionar a los Gallos o desafiliarlos no arreglará nada.
Si hubo muertos y los ocultaron, entendemos la razón: Es para no afectar el negocio… ¿verdad, Arturo?