Dicen que lo que mal empieza… usted sabe lo que sigue.
Si algo inicia mal, continúa mal… y adivine…
El seleccionado mexicano mayor de fútbol se ha convertido en una vergüenza y lo que es peor. Así seguirá. No hay la mínima esperanza de que esto se componga.
La mafia que regentea a la selección no quiere arreglarla. Así le da mucha plata, así vende y así hay miles de incautos que pagan por ir a verlos hacer el ridículo.
Luego se enojan porque compraron la camiseta nueva, color uniforme de chofer de ambulancia del IMSS, o la otra, hecha de tela para tapizar el sofá setentero de la abuela; si aparte se gastaron otros 50 dólares por un boleto para ir a verlos bailar al ritmo que les tocó el equipo estadounidense… ahí es cuando uno dice: “El que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame”.
Luego se desquitan insultando al arquero rival… eso sí, a sus figuritas de porcelana, sus ídolos no los toquen porque enfurecen.
A media semana ante Panamá más o menos se vieron bien porque era Panamá, pero es obvio que en ese Tri hay tipos que nada tienen que hacer.
Algunos están porque el DT no le entiende mucho a este asunto y otros porque se los imponen.
Lozano sigue creyendo que Antuna, Jorge Sánchez y Gallardo son material de selección nacional. Ya de ahí partimos mal.
Luego los que están en la cancha se ven abrumados, ya hablando del duelo ante USA, por ser un equipo muy solvente en lo físico y en lo técnico. Muy superior al mexicano.
Se lo pongo en cifras reales: Si el mejor jugador de esta selección mexicana se llama Edson Álvarez, ellos tienen 15 Álvarez.
Tal cual. Así mero se la cuento.
No tienen jugadores como hoy Érick Sánchez que anduvo corriendo como un borreguito en el corral, de un lado a otro persiguiendo al que le pasaba por enfrente, y por los lados, pero jamás agarró la pelota. Nunca la vio.
Édson y Chávez se cansaron de correr, atorar, meter y anticipar y tratar de salir jugando. El problema es que en la mente de Jaime Lozano, tiene dos laterales que no sirven para maldita la cosa; dos centrales y un arquero que se ven abrumados; tres volantes defensivos que intentan escombrar la zona para limpiar el esférico y tocarlo al frente. pero
¿Quién dirige ?. quien ordena, quien manda y marca los tiempos y busca los espacios?
Antuna es un pobre muchacho que tampoco sirve para nada, Lozano estuvo sin participar 70 minutos y Henry jamás tocó el balón.
Ya cuando a los 67 ingresaron los cambios, Orbelín, el mismo Lozano y Giménez le pusieron agallas el asunto, le echaron la mano a un Edson que lo hicieron sufrir con la sobrecarga de trabajo.
Luego metieron a Romo, que no solo es lento para pensar, sino también para decidir, correr, y tocar.
A punta de empujones y coraje más o menos intentaron remontar, Orbelín, Giménez y Lozano, pero ya era muy pesada la losa.
Si en la cancha no tenían los elementos suficientes para darle otro rostro al Tri, en la banca tampoco hay mucho de donde escoger.
No sé en qué parte del universo un entrenador de fútbol juega con dos laterales tan malos; tres volantes de contención y sin un creativo, además de un Antuna que todavía no sabe qué hace y cuál es su función en la cancha.
Así, no van a conseguir nada y hoy lo que debería hacer Lozano es irse, tener un poco de dignidad que no tuvo para rechazar imposiciones y hoy ya parece tarde, pero debería optar por largarse mejor.
En el entendido… en el entendido… de que el que llegue va a hacer lo mismo, con los mismos. Eso sí, se va a embolsar un billete por hacerle al tío Lolo, como hizo el argentino traidor que estaba antes –no, Cocca no; el otro– pero tendrá la oportunidad de pagar los abonos atrasados en Coppel y besarles los pies a sus patrones de las televisoras y casas de apuestas que regentean esta prostituta vestida tan coquetamente, llamada Selección Nacional.