A su llegada a la ciudad la tarde del martes, Ariel Holan, director técnico de León, dijo que la afición de Tigres apoya mucho pero que en la cancha eso no influye, pues solo hay 22 jugadores. El argentino se equivocó.
Lo que se vivió la noche del miércoles en el estadio Universitario fue electrizante e hizo que los jugadores de Tigres no dejaran de atacar los 90 minutos, no se cansaron, estuvieron motivados.
La afición auriazul se dejó sentir con porras, cánticos, moviendo sus celulares para formar un mosaico luminoso y al final los jugadores les dieron el resultado que querían, un triunfo agónico y espectacular, en lo que fue el mejor partido en lo que va de la Liguilla.
La afición felina siempre se ha caracterizado por su apoyo y entrega, incluso en momentos de apremio y hasta cuando el club perdió la categoría y jugó en la Primera A.
Sin embargo, lo vivido la noche de este miércoles fue algo muy emocionante, de esas cosas que erizan la piel, que hacen que dejes de hacer cosas para voltear a ver el espectáculo que brinda la tribuna.
El apoyo del jugador número 12, como apareció en la lista de concentrados para el juego de Semifinal que mandó el equipo, fue en los 90 minutos y ni siquiera con el gol que anotó el chileno Jean Meneses, del León, dejó de hacerlo.
Esto hizo que los universitarios no se cayeran mentalmente, siguieron en lo suyo y con goles de Florian Thauvin y Carlos González, pudieron remontar e hicieron estallar el Volcán.
La celebración fue entre todos, afición y equipo, como hace tiempo no se veía, quizá desde aquella semifinal ante el Internacional de Porto Alegre en la Copa Libertadores 2015, en la Final navideña ante el América del Apertura 2016 o en la del Apertura 2011, que el equipo rompió una sequía de 29 años sin un campeonato de Liga.
Incluso hasta un aficionado, emocionado por el segundo gol de Tigres, se metió al campo para festejar con los jugadores.
Es difícil decirlo ahora, porque se necesitan pergaminos para afirmarlo, pero tal parece que la llegada de una nueva directiva a los Tigres ha sido un acierto.
Primero porque esto hizo posible que el matrimonio que existía que con el anterior entrenador se disolviera, y con esto hubiera mayor apertura, algo imposible de hacer con Ricardo Ferretti en el timón.
La apertura se da en todos los rubros, con la afición, en el marketing, en la disponibilidad de jugadores. Ya no hay una barrera tan grande entre afición y equipo.
Además, el nuevo entrenador, Miguel Herrera, pronto se ganó el cariño no solo de los jugadores del plantel, sino de los aficionados, que ya corean su nombre en la tribuna.
El estilo de juego de Miguel, combinado con la garra de los jugadores ha sido del agrado del respetable, que en esta Liguilla está a muerte con sus Tigres y empieza a influir desde la tribuna en los resultados de la escuadra.
El Universitario rugió y contagió la noche del miércoles, y eso lo sintieron los jugadores rivales, que al final del duelo se quedaron mirando desconsolados el espectáculo.
La unidad en el equipo se ve fielmente plasmada en la fotografía tomada por Andrea Jiménez, que muestra a Florian Thauvin, André-pierre Gignac, Carlos González y Javier Aquino celebrando en un abrazo mientras corrían el gol que le daba el empate momentáneo al cuadro de San Nicolás.
Tigres vive un momento grato en su historia y este sábado buscará redondearlo con un pase a una nueva Final.