En el mundial de Qatar 2022 ocurrió una de las sorpresas mayores de todas las Copas del Mundo: el modesto Arabia Saudita derrotó a la poderosa Argentina, con marcador de 2-1. ¿Eran los jugadores del Reino mejores que los del combinado comandado por Lio Messi? La pregunta es ofensiva. La albiceleste se repuso al estreno infame y se coronó al final de la justa internacional.
Un chiripazo de esas dimensiones provoca ruido, pero solo eso. En la actualidad, los árabes son el lugar 56 en el ranking de la FIFA y Argentina el 1.
El pasado martes, Rayados fue vencido por Borussia Dortmund con marcador 2-1 en octavos de final del Mundial de Clubes, celebrándose en Estados Unidos. A diferencia del estupor provocado por el campanazo árabe en aquel juego asombroso en Lusail, el resultado en Atlanta se ciñe a los parámetros de la normalidad.
Más allá del saldo nada inesperado de la confrontación, llamó la atención a nivel internacional el nivel demostrado por el Monterrey. Jugó desacomplejado y, por algunos tramos del encuentro, superior a los negriamarillos, que lucieron apurados por los embates de los albiazules comandados por un desfigurado Jesús Corona, que extravió su habitual pereza para transformarse en un extremo picante y venenoso, como lo fue en el lejano inicio de su carrera venida a menos.
Se impuso el favorito, pero la exhibición propositiva de Rayados provoca un comentario obligado sobre el crecimiento de algunos clubes y sus respectivas ligas. En el caso de este equipo del norte de México se destaca, desde hace algunas temporadas, su interés por incrementar su rendimiento en base a contrataciones estratégicas. La directiva puso la mira en España y trajo a dos grandes figuras. Sergio Canales está convertido actualmente, en uno de los mejores creativos del circuito doméstico. Su compatriota Sergio Ramos, de capacidad a toda prueba, ha caído bien como líder. En el atardecer de su trayectoria aún le queda turbosina para disputar balones con cualquiera.
A nivel nacional, se abre la discusión sobre los méritos de La Pandilla tras su eliminación. Hay una polémica ranchera, pero necesaria, sobre la trascendencia de su participación en el mundialito. Unas voces apuntan hacia el fracaso y otras a una revaloración. El futbol diario se alimenta de estos contrapuntos, que le agregan pimienta a rivalidad regional. Pero en el siguiente nivel se encuentra un análisis sereno en el que se observa, claramente, un aumento en el nivel de juego del conjunto regiomontano. Hay talento agazapado en espera de ver la luz. Habrá sido la estatura del rival, o la importancia del juego, pero los jugadores saltaron estimulados y lucieron con entereza. En la revisión de los números, se impuso el conjunto del norte alemán, que juega en un entorno de calidad mayor. Un club mexicano nunca ha derrotado a un europeo en un Mundial de Clubes. La Bundesliga es una de las cinco grandes en Europa y de las más competitivas del mundo. La Liga MX, por su parte, se ha superado enormidades. De acuerdo a la Federación Internacional de Historia y Estadísticas de Futbol, (IFFSH) el torneo mexicano pasó del 2023 al 2024 de los lugares 36 al 18. No fue un salto de fe, sino de inversión. Los dueños de la pelota entienden que quien invierte más puede conseguir mejores jugadores, y acercarse más al éxito.
Hay una sensación amarga por la eliminación de Rayados. En los intercambios de chacota, se habla de una derrota histórica, pues el equipo mexicano jugó como nunca y perdió como siempre. En lo personal observo un progreso enorme, principalmente a nivel de intensidad y concentración. Lo dijo al final del partido su entrenador Domenec Torrent: “Si lo hemos hecho aquí, lo podemos hacer en nuestra Liga”.
En el siguiente semestre se observará si realmente se transformaron, comprometidos con la grandeza, o solo reaccionan acicateados ante clubes de jerarquía.